Elena Baquero, Rocío López López, Ana Isabel Lorente Lavirgen. Servicio de Dermatología, Hospital Universitario Virgen del Rocío (Sevilla)
Los antibióticos tópicos son sustancias químicas producidas por un ser vivo o fabricadas por síntesis, capaces de actuar sobre ciertos microorganismos patógenos, bien paralizando su desarrollo (acción bacteriostática) o causando su muerte (acción bactericida).
Su indicación es la profilaxis y el tratamiento de las infecciones bacterianas cutáneas primarias, secundarias y enfermedades de la piel como el acné y la rosácea. Los patógenos comúnmente implicados en las infecciones de piel y tejidos blando son: Staphylococcus aureus, estreptococos del grupo A, Enterococcus spp, estafilococo coagulasa negativo, Escherichia coli y Pseudomonas aeruginosa.
El antimicrobiano tópico ideal debe poseer un amplio espectro de acción, efecto antibacteriano rápido y prolongado, ser bactericida, difundir con facilidad a través de tejidos y detritus, con una mínima toxicidad, muy baja o nula incidencia de irritación o alergia, escasa actividad frente a la flora comensal de la piel, Baja capacidad de inducir resistencia y ausencia de resistencia cruzada con antibióticos de uso sistémico
El uso de antibióticos tópicos en la práctica dermatológica conlleva a ciertas ventajas e inconvenientes sobre el tratamiento sistémico.
Ventajas:
La mupirocina al 2% en pomada es un antibiótico tópico de amplio espectro, seguro y bien tolerado con buena actividad antimicrobiana frente a estafilococos, estreptococos y ciertas bacterias Gram-negativas. Altamente activo contra Staphylococcus aureus resistente a meticilina.
Las indicaciones terapéuticas de la mupirocina han sido hasta ahora el tratamiento tópico de las infecciones cutáneas bacterianas primarias tales como impétigo, foliculitis y forunculosis. Recientemente se ha incluido, como nueva indicación, el tratamiento de las infecciones cutáneas bacterianas secundarias en procesos como dermatitis atópica, dermatitis eccematosa y dermatitis de contacto y en lesiones traumáticas infectadas, siempre que su extensión sea limitada. Además, es el antibiótico más eficaz en eliminar el estado de portador nasal de Staphylococcus aureus en grupos de riesgo.
Se presenta en crema o pomada al 2%. Su actividad antibacteriana se limita casi exclusivamente a las bacterias Gram-positivas, siendo muy eficaz frente al Staphylococcus aureus, incluidas las cepas productoras de penicilinasas y las resistentes a la meticilina, con una moderada actividad frente a S. pyogenes y casi nula frente a bacterias Gram-negativas.
El ácido fusídico se ha indicado en el tratamiento de infecciones de piel y tejidos blandos leves a moderadamente severos. Además, existen presentaciones asociando el ácido fusídico al 2% con acetato de hidrocortisona al 1% o con valerato de betametasona al 0,1%, con un buen perfil de tolerancia y eficacia, que están indicadas principalmente en la profilaxis o tratamiento de las infecciones secundarias en dermatitis atópica, seborreica, de contacto alérgica o irritativa y de eccemas diversos.
Pertenece al grupo de aminoglucósidos. Con la excepción de Pseudomonas aeruginosa, la neomicina es bactericida frente a la mayor parte de las bacterias Gram-negativas, también frente a algunas bacterias Gram-positivas, incluido Staphylococcus aureus, y carece de efectividad frente a estreptococos y anaerobios.
Se utiliza principalmente en la profilaxis de las infecciones de erosiones, cortes y quemaduras superficiales, con el inconveniente de favorecer la aparición de resistencias y con frecuencia provoca dermatitis de contacto alérgica (6-8%)
Se trata de un aminoglucósido con un espectro de acción similar a la neomicina, diferenciándose en que la gentamicina sí presenta actividad frente a Pseudomonas aeruginosa y estreptococos. No provoca con tanta frecuencia dermatitis alérgica de contacto.
Es una pleuromutilina semisintética que tiene una potente actividad frente a bacterias Gram-positivas y algunas Gram-negativas. Está disponible en pomada al 1% y su aplicación es cada 12 horas. No presenta resistencia cruzada con otros antibióticos. Las indicaciones principales incluyen, en principio, el tratamiento del impétigo y lesiones traumáticas como erosiones, quemaduras y heridas quirúrgicas infectadas de forma secundaria por bacterias.
El tratamiento se tolera bien y el efecto secundario más frecuente es el prurito (picor) en la zona de aplicación (6,5%).
Disponible en gel o crema, es uno de los agentes tópicos empleado con más frecuencia en las quemaduras. Es muy eficaz frente a una gran variedad de bacterias Gram-positivas y Gram-negativas, incluyendo Staphylococcus aureus y Pseudomonas aeruginosa, que son las que colonizan las quemaduras con más frecuencia. También tiene actividad frente a hongos. Puede ocasionar picor, hipersensibilidad (alergia) al componente sulfonamídico de forma infrecuente, reacciones alérgicas cutáneas en menos de un 5% y muy raramente leucopenia (disminución de los glóbulos blancos en sangre). Se debe evitar su uso en embarazadas y recién nacidos
Los antibióticos tópicos utilizados para el acné como la clindamicina y la eritromicina, son bacteriostáticos para la Propionibacterium acnes, que ha sido implicada como favorecedora del acné, pero también tienen otros efectos beneficiosos para el tratamiento de estas patologías (por ejemplo, ejerce una actividad antiinflamatoria mediante inhibición de la producción de lipasa por Propionibacterium acnes, y mediante inhibición de la quimiotaxis de los leucocitos -respuesta y movimiento de los glóbulos blancos-).
Indicado para el tratamiento del acné vulgar leve-moderado y foliculitis. Tiene presentación en solución tópica y gel 1%. En adultos se aplica cada 12 horas. No está indicado en menores de 12 años. Puede encontrarse preparaciones en combinación con peróxido de benzoilo.
Como efectos adversos se han descrito: Sequedad, eritema (rojez), prurito (picor), sensación urente (escozor), dolor abdominal, irritación de la piel, trastornos gastrointestinales, dermatitis de contacto, foliculitis por Gram-negativos (infección de las áreas del vello por bacterias Gram-negativas).
Pertenece al grupo de los macrólidos. Usado más frecuentemente en el tratamiento del acné vulgar y en preparaciones oftalmológicas. Disponible en solución tópica 2%, gel y toallitas. Es bactericida contra bacterias Gram-positivas. Pero su uso en acné es primariamente por su acción sobre el Propionibacterium acnes, que tiene una capacidad excepcional para desarrollar resistencia a la eritromicina después de su uso por periodos prolongados. Por ello, en muchas ocasiones se asocia este antibiótico tópico con peróxido de benzoilo (una sustancia tópica empleada en el tratamiento del acné), que puede retrasar o prevenir la aparición de cepas
resistentes de P. acné.
Puede producir dermatitis de contacto y fotodermatitis además de sequedad, eritema (rojez) e irritación.
Es un agente antiprotozoario y antibacteriano. Disponible en gel o crema al 0,75%. Está indicado para el tratamiento del eritema, pápulas y pústulas inflamatorias de la rosácea. Se usa dos veces al día. Los efectos secundarios no son comunes y entre ellos se incluye enrojecimiento, sequedad, ardor, irritación o prurito. El metronidazol es bien tolerado como alternativa a los antibacterianos sistémicos para el tratamiento de la rosácea, la monoterapia con metronidazol parece ser tan efectiva como las tetraciclinas orales en el tratamiento de la rosácea, y reduce las lesiones inflamatorias y el eritema. La eficacia y tolerabilidad de metronidazol tópico en combinación con un antibiótico oral o monoterapia para mantener la remisión de las lesiones se ha demostrado en múltiples estudios controlados.
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