La infección gonocócica o gonorrea es una infección de transmisión sexual provocada por la bacteria llamada Neisseria gonorrhoeae (o gonococo).
Se puede contraer esta infección mediante relaciones sexuales anales, vaginales y orales con una persona que esté infectado.
Puede haber transmisión de madre a hijo durante el parto.
En 2017 se notificaron 8.722 casos de infección gonocócica en España. Los casos se han multiplicado por 10 desde 2001.
Puede no generar síntomas, sobre todo en las mujeres. Cuando aparecen se puede manifestar en los hombres con dolor o ardor al orinar, secreción del pene o dolor o inflamación en los testículos. En las mujeres, puede aparecer dolor o ardor al orinar, aumento de la secreción vaginal o sangrado entre períodos menstruales.
Tener una vida sexualmente activa que tenga relaciones sexuales anales, vaginales u orales, haber tenido varias parejas sexuales en el último año, no usar preservativo regularmente y tener antecedentes de infecciones de transmisión sexual.
Sí, con una terapia antibiótica. Durante ese tiempo, y siete días después, se debe evitar tener relaciones sexuales.
Si no se trata, pueden derivarse problemas de salud graves tanto en hombres como en mujeres.
En mujeres se puede producir enfermedad inflamatoria pélvica, formación de tejido cicatricial que obstruya las trompas de Falopio, embarazo ectópico, infertilidad o dolor abdominal crónico.
En los hombres, la infección sin tratamiento puede generar dolor en los conductos testiculares y, en ocasiones, infertilidad.
Aumenta el riesgo de contraer o transmitir el VIH.
De forma más infrecuente, se puede propagar a sangre o articulaciones y generar una infección mortal.
La infección por Neisseria gonorrhoeae se puede evitar utilizando preservativo de forma correcta cada vez que se mantiene una relación sexual.
En las relaciones monógamas, siempre que los dos miembros no estén infectados, no hay riesgo de infección.
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