Elvira Molina Figuera, Obdulia Agustina Olmedo García, Omar Palma Ampuero. Servicio de Dermatología, Hospital Virgen del Valle (Toledo).
Son lesiones cutáneas producidas por el depósito de lípidos (grasas) debajo de la piel. Pueden aparecer de forma brusca o progresiva en cualquier parte del cuerpo aunque son más frecuentes sobre articulaciones, manos, pies y glúteos. Los xantomas son comunes, especialmente entre los adultos mayores. En ocasiones su presencia se asocia a diversas enfermedades del metabolismo lipídico que pueden tener repercusiones graves para la salud.
Pueden parecer manchas o pequeñas protuberancias bajo la piel, de bordes bien definidos. Generalmente son planos, de consistencia firme, de color piel, amarillento o anaranjado. Su tamaño es muy variable, algunos son muy pequeños mientras que otros pueden alcanzar varios centímetros.
Protuberancias amarillentas que aparecen en forma de brotes en brazos, piernas, glúteos y hombros. Pueden ser dolorosos o provocar picor.
Se inician como pequeñas protuberancias amarillentas en codos y rodillas. Después aumentan de tamaño formando tumoraciones de varios centímetros que pueden ser dolorosas.
Tumoraciones de crecimiento lento, consistencia dura, cubiertas por piel normal, que aparecen sobre el tendón de Aquiles, los tendones extensores de las manos, rodillas y codos.
Manchas o placas de color amarillo-anaranjado que surgen en las palmas de las manos y en zonas de pliegues (axilas, ingles, tras las rodillas, entre los dedos).
Tumoraciones verrugosas, sobre levadas, bien delimitadas, localizados en mucosa oral o genital.
Placas amarillentas, aterciopeladas, que se localizan en los párpados. Son los xantomas más frecuentes en la población general.
Son un grupo de enfermedades caracterizadas por la presencia de xantomas múltiples o infiltrados localizados de lípidos en la piel. Pueden verse asociadas a trastornos del metabolismo de los lípidos, ya sean primarios o secundarios, asociarse a otras enfermedades sistémicas u ocurrir de forma idiopática (causa desconocida).
Generalmente el diagnóstico es clínico mediante el examen visual de la piel. En casos dudosos, una biopsia de la tumoración confirmará el diagnóstico al microscopio. Además se puede solicitar una analítica de sangre para verificar los niveles de lípidos (colesterol total, colesterol LDL, colesterol HDL, triglicéridos), el funcionamiento del hígado y para descartar diabetes.
Si existe una enfermedad que provoque incremento de los lípidos en la sangre, tratar dicha enfermedad puede ayudar a frenar el desarrollo de xantomas e incluso reducir su tamaño. Los xantelasmas pueden ser tratados por motivos estéticos. Las técnicas empleadas para su eliminación van desde la extirpación mediante cirugía, crioterapia, eliminación con láser o tratamiento tópico con ácido tricloroacético. Si los xantomas son grandes, dolorosos o molestos, el médico puede extirparlos quirúrgicamente, sin embargo, pueden reaparecer después de la cirugía.
Se trata de lesiones benignas que únicamente pueden producir síntomas locales como picor o dolor. Su importancia radica en que a veces son un signo de otra enfermedad asociada, principalmente alteraciones del metabolismo lipídico que suponen un riesgo cardiovascular aumentado (infarto de miocardio, ictus, vasculopatía periférica). El pronóstico está determinado por el tipo de enfermedad asociada y su curso.
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