Un queloide es una cicatriz aumentada de tamaño que sobresale de la superficie de piel normal. Generalmente la piel cura por medio de la formación de una cicatriz que inicialmente es roja y llamativa pero que a medida que pasa el tiempo se aplana. En algunos casos las cicatrices aumentan de tamaño para formar lo que llamamos queloides.
No se conoce la causa de formación de queloides. Algunas personas nunca hacen queloides, otras hacen queloides tras heridas mínimas o incluso tras picaduras de insectos o lesiones de acné. Los queloides son lesiones benignas cuya malignización es excepcional.
Los queloides se pueden localizar en cualquier parte del cuerpo, pero especialmente se localizan en el tercio superior del tórax y espalda. Las personas de piel oscura desarrollan queloides más fácilmente que los de piel blanca.
No existe un tratamiento completamente satisfactorio de los queloides. La extirpación quirúrgica generalmente da otro queloide peor que el inicial. Uno de los mejores tratamientos consiste en la inyección de un producto conteniendo cortisona, esta inyección puede acompañarse de la aplicación previa de nitrógeno líquido. Este tratamiento hace que el queloide sea menos llamativo. Esta inyección puede repetirse con una perioricidad de 1 a 3 meses dependiendo de la respuesta obtenida. Otros tratamientos de utilidad son la compresión con crema o láminas de silicona así como el láser, el interferón intralesional o el imiquimod, un tratamiento que habitualmente se emplea para las verrugas.
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