Elena Castro González. Servicio de Dermatología, Hospital Universitario Doctor Negrín, Gran Canaria.
Se trata de la aparición de pelo en la mujer cuyo crecimiento depende de las hormonas sexuales, por lo que aparece en un patrón de distribución típicamente masculino: en la cara, en los pechos, espalda, ombligo. Ocurre en las mujeres y comienza en la pubertad. Puede estar ligado a un exceso de hormonas masculinas.
Se calcula que entre un 5 y un 10% de las mujeres entre la primera menstruación y la menopausia presentan este trastorno.
El hirsutismo suele estar ligado a un exceso de hormonas masculinas. Este exceso de hormonas puede deberse a múltiples causas, las más frecuente es el Síndrome del Ovario Poliquístico. Otras causas son la hiperplasia adrenal o el desarrollo de un determinado tipo de tumor.
En ocasiones, los niveles de hormonas masculinas son normales y no hay alteraciones del ciclo menstrual, denominándose en este caso hirsutismo idiopático.
El especialista conforme a la evaluación de la historia clínica de la paciente, y los hallazgos en la exploración, puede solicitar analíticas para evaluar la función hormonal y/o metabólica. En ocasiones, podrá solicitar una ecografía.
La elección del tratamiento requiere de una valoración individualizada del paciente, ya que las opciones más adecuadas variarán según factores tales como el tipo y cantidad de pelo, el área afectada, la edad y, por supuesto, las preferencias del mismo.
Considerándolos dentro de tres grupos principales, los tratamientos disponibles son los siguientes:
Se llama hipertricosis al crecimiento excesivo de vello en cualquier parte del cuerpo en una cantidad desproporcionada con respecto a la edad, raza y sexo del paciente. Se excluye de esta denominación la aparición de vello dependiente de hormonas sexuales, lo cual se caracteriza por la aparición de pelo en la mujer con una distribución masculina (vello facial, en las mamas, en ombligo…) La hipertricosis puede afectar a mujeres y hombres.
La hipertricosis puede ser un hallazgo aislado, o tener una causa subyacente. Puede deberse a una enfermedad genética, la toma de algunos medicamentos (antiepilépticos, inmunosupresores…), malnutrición o anorexia nerviosa, enfermedades del hígado, desórdenes del tiroides.
Es importante la adecuada valoración del paciente por parte del especialista, que ha de contemplar datos tales como la edad de aparición de la clínica, el tipo de pelo, la distribución, el tiempo que ha tardado en aparecer, así como otros factores que puedan tener relación con la aparición del proceso.
En ocasiones, no es necesario llevar a cabo ninguna prueba complementaria. Si el facultativo lo estima oportuno en ocasiones se requerirán estudios de la función hepática u hormonal u otros test para descartar alguna enfermedad subyacente.
La elección del tratamiento requiere de una valoración individualizada del paciente, ya que las opciones más adecuadas variarán según factores tales como el tipo y cantidad de pelo, el área afectada, la edad y, por supuesto, las preferencias del mismo.
Considerándolos dentro de tres grupos principales, los tratamientos disponibles son los siguientes:
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