Un emoliente es un producto de uso externo que tiene la propiedad de ablandar una región cutánea inflamada. Suaviza y protege la piel o las mucosas. Se puede usar con éxito para el control del eccema en el periodo entre brotes. Su presentación para uso en la piel es en forma de pomadas, lociones, sustancias limpiadoras y aceites para el baño. Generalmente no contienen ningún producto farmacológico en su formulación.
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