
Bulos que dañan la piel
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Recuperar los cuidados de la piel
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Las consecuencias de las agresiones padecidas por la piel suelen traducirse a medio y largo plazo, como mal menor, en un envejecimiento prematuro del órgano más extenso de nuestro cuerpo, pero también pueden acarrear perjuicios graves, como el desarrollo de un cáncer de piel, el temible melanoma, cuya progresión, desgraciadamente, continúa en aumento.
Otro tanto ocurre con la práctica continuada de costumbres nocivas, como el consumo abusivo de alcohol y tabaco, que propicia acelera el envejecimiento y deteriora el aspecto de la piel y, en el segundo caso, un síndrome específico en la cara de los fumadores, cuya piel es grisácea y con numerosas arrugas.
El sol puede ser un amigo muy saludable (ayuda a fabricar la vitamina D, nos proporciona luz y calor y ha sido considerado, tradicionalmente, como fuente de vida y alegría), pero también puede convertirse en un enemigo temible, si no se le trata de forma adecuada. Por eso es tan importante que un especialista (en este caso, el dermatólogo) oriente sobre la protección más conveniente en función de cada tipo de piel, además de establecer una estrategia de prevención y cuidado, para poder recibir únicamente los beneficios y librarse de los eventuales efectos nocivos de la exposición solar.