La salud y la estética de la piel siguen siendo importantes
15 febrero, 2022“Stop Sarna”, el proyecto de dermatología solidaria que sigue combatiendo epidemia
8 marzo, 2022La prevención constituye hoy uno de los retos más importantes en el ámbito de la dermatología. Porque, a pesar de que una estrategia preventiva resulta fundamental para la eficacia en el cuidado de la piel, nuestra especialidad no ha conseguido todavía que esta evidencia sea asumida por la mayoría de la población.
Existen varios motivos (todos ellos erróneos) que podrían explicar un desfase que acarrea numerosas consecuencias muy negativas para la piel. Dado el reducido espacio que debe ocupar este articulo, vamos a citar únicamente los dos errores más importantes. El primero es considerar a la dermatología como una especialidad que se ocupa de afecciones leves, frecuentemente más relacionadas con la estética que con la salud. Y el segundo, consecuencia en gran parte, del primero, es pensar que este tipo de afecciones no precisan de la atención urgente por parte del especialista y, aún menos, de una estrategia preventiva, que asegure el buen estado y la salubridad de la piel.
La realidad desmiente tajantemente estos errores. La incidencia del melanoma, que es el cáncer de piel con peor pronóstico, supera ya los 6.000 casos en España y su tendencia al alza, acentuada por la pandemia, se calcula puede ocasionar más de 71.000 muertes al año en el mundo. Muchas de las afecciones que se consideran leves y se encomiendan a tratamientos sin el imprescindible aval científico del dermatólogo, pueden ser el aviso de una enfermedad grave, que podría ser tratada eficazmente con un diagnóstico precoz y certero, que sólo un especialista puede proporcionar.
La piel, que es el órgano más extenso de nuestro cuerpo, es también el más expuesto a multitud de agentes externos. No se trata de protegerse únicamente del sol o de acudir al dermatólogo cuando una lesión o una mancha han adquirido un aspecto más que preocupante. Una visita periódica al especialista contribuiría decisivamente a la certeza en el uso de los productos y tratamientos más adecuados, así como a evitar un envejecimiento prematuro de la piel.
La salud es el capital más importante del que disponemos y negarle la atención y los cuidados que necesita, constituye una insensatez que acaba pagándose muy caro.