Sarna – Escabiosis
14 diciembre, 2023La Fundación Piel Sana de la AEDV firma un acuerdo con MADCUP
28 diciembre, 2023Algunas personas se hacen la ilusión de que es posible cambiar radicalmente de vida y consideran que el mejor momento para ello es hacer coincidir esta decisión con el estreno de un nuevo año. Es lo que gráficamente se resume en la popular frase “Año nuevo, vida nueva”. El problema es que, tanto el año como la vida de cada cual, arrastran mochilas que, en la práctica, constituyen barreras que impiden cambios repentinos y radicales de tal magnitud.
La experiencia demuestra reiteradamente que quienes pretenden reinventarse de golpe suelen fracasar con rapidez en tan loable como desmedido intento. Las metas más importantes sólo se alcanzan tras un largo y tortuoso camino, jalonado de esfuerzos y sacrificios y donde la tenacidad acaba siendo un acompañante imprescindible. Por ello, conviene ser muy prudente y realista en los proyectos, si verdaderamente se quiere actuar con eficacia.
En lo que respecta a la piel, quienes se han acostumbrado a no prestarle atención durante el año que ahora termina, si ahora se convierten de golpe en obsesivos de su cuidado, lo normal es que, transcurridos unos pocos días, vuelvan a la rutina anterior, Sería mucho más útil empezar por unos pocos cuidados esenciales, para ir aumentándolos poco a poco, hasta conseguir que la atención al cuidado de la piel forme parte de la vida cotidiana.
Se podría empezar por algo tan sencillo como la hidratación diaria y la vigilancia de la piel para comprobar su estado y, a la menor, anomalía , poner esta circunstancia en conocimiento del especialista, en lugar de comentarlo con un amigo o recurrir a productos o tratamientos supuestamente milagrosos. Una medida muy eficaz consiste en apuntar en el calendario el día de una visita anual a la consulta del dermatólogo, para revisar el estado de la piel y establecer la mejor estrategia para su cuidado, tanto en lo que se refiere a prevención como a eventuales tratamientos.