La dermatitis atópica es una de las patologías más frecuentes en niños, ya que es un cuadro que afecta predominantemente a la infancia, estimándose su prevalencia de hasta un 30% de la población en los países occidentales.
La incidencia de esta enfermedad ha ido en aumento en los últimos 20 años debido a los cambios en los hábitos de vida en las sociedades industrializadas.
La inmadurez del sistema inmunitario por el exceso de higiene y esterilización de los utensilios y entorno de los recién nacidos y niños en su primera infancia conlleva alteraciones en el sistema inmunitario que causa, según la teoría higienista, alteraciones cutáneas, pulmonares, y en otros órganos y aparatos.
¿Cómo afecta esta patología a los más pequeños?
Desde el punto de vista cutáneo,
La dermatitis atópica causa cuadros con picor que llegan a impedir el correcto descanso de los niños, sobreinfecciones por bacterias, virus, hongos y dermatitis con enrojecimiento e inflamación de la piel.
Así, este tipo de dermatitis altera significativamente la calidad de vida de los niños y de sus familias, por lo que es importante en tratamiento con medidas farmacológicas y cambios en los hábitos de higiene e hidratación del paciente.
Hay múltiples tratamientos que han demostrado su eficacia en este cuadro como son los antiinflamatorios tópicos y orales, los inmunomoduladores tópicos, los inmunosupresores sistémicos y los anti-histamínicos.
Además, nuevos estudios señalan el papel de la inhibición selectiva de la fosfodiesterasa como novedosa diana terapéutica en este cuadro.
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