Los efectos cutáneos de las terapias emergentes para el cáncer
20 diciembre, 2018Fallecimiento del Dr. Luis Iglesias Díez
2 enero, 2019El acné es una afección que se da principalmente en la adolescencia, pero esta no es la única etapa de la vida donde pueden aparecer los molestos y comúnmente llamados granos, sino que también algunas personas lo sufren en la etapa adulta. Aunque se han descrito los procesos que dan lugar al desarrollo del acné, no se conoce exactamente su causa, apuntando en algunos casos a la alimentación, en otros a las hormonas o a la presencia de microorganismos. Sin embargo, un estudio reciente ha descubierto una serie de marcadores genéticos vinculados con su aparición y que también están relacionados con los folículos pilosos.
Se estima que en torno al 78% de la población sufrirá esta afección a lo largo de su vida, siendo más frecuente entre los 14 y los 16 años, aunque no se limita a esta edad, ya que el 30% de las mujeres mayores de 25 años sufre este problema.
El estrés, los hábitos alimentarios, problemas hormonales o el consumo de tabaco han sido señalados como agentes causantes de este problema, aunque más que una causa estos factores podrían ser potenciadores de la verdadera causa que está detrás de esta afección: la genética.
Un estudio, realizado por un grupo multicéntrico de diferentes países europeos, apunta a lo que podría ser la causa común de la aparición del acné y de la estructura y funcionamiento de los folículos pilosos: 15 regiones del genoma. A esta conclusión han llegado después de comparar el genoma de casi 27.000 personas. De estos participantes, 5.602 padecían acné grave.
Lo que comprobaron los investigadores fue que existe una base común en estas personas, que está focalizada en 15 regiones del genoma, que estaban relacionadas con la estructura y funcionamiento de los folículos pilosos y también con el desarrollo del acné.
“Este estudio ofrece una mejora sustancial de nuestro conocimiento sobre la susceptibilidad genética y mecanismos patogénicos que contribuyen al desarrollo del acné grave, aumentando el número de regiones genéticas (de tres a 15) en las que variantes genéticas en estos lugares del genoma están fuertemente relacionados con una susceptibilidad al acné en la población europea”, señalan los autores en el estudio publicado en la revista Nature Communications.
Aunque los propios investigadores advierten de que seguramente todavía quedan por descubrir más genes relacionados con la aparición de acné, “la identificación de esta serie de genes ofrece una base para plantear la hipótesis de que la susceptibilidad genética al acné se debe, en parte, por la variación en la estructura y mantenimiento de los folículos pilosebáceos que crean un entorno propenso a la colonización bacteriana y a la inflamación”.
Este descubrimiento, aseguran los autores, abre la puerta a potenciales tratamientos que podrían complementar el régimen terapéutico actual que está focalizado a la inflamación y la colonización bacteriana.
El desarrollo de nuevas terapias es necesario ya que todavía hay muchas personas que no responden o no toleran bien los tratamientos actuales. Las pápulas, pústulas y nódulos que se suelen desarrollar durante la pubertad pueden persistir durante décadas y dejar cicatrices hasta en el 20% de los pacientes. Por este motivo, el acné es uno de los motivos más frecuentes de consulta y puede estar relacionado con afectación psicológica y emocional que han sido asociadas con depresión, desempleo, ideación suicida e intento suicidio.