Biosimilares, bioequivalentes y equivalencia terapéutica
1 febrero, 2016Calidad de vida en pacientes con psoriasis
1 febrero, 2016Mejorar la comunicación entre médico y enfermo constituye un objetivo cuya importancia está siendo crecientemente valorada.
En dermatología, la comunicación con el paciente puede desempeñar, en la práctica, un papel tan decisivo como la propia técnica médica.
La destreza psicológica adquiere una especial relevancia en patologías como la psoriasis o el cáncer de piel, donde el adecuado manejo de situaciones complicadas a lo largo del tratamiento requiere de habilidades especiales por parte del dermatólogo.
Pero, a parte de estos casos extremos, la empatía resulta fundamental para asegurar, por parte del paciente, el adecuado seguimiento y aplicación de tratamientos que exigen constancia y paciencia ante la demora de resultados prácticos.
Esta es, precisamente, una de las circunstancias que es aprovechada por los vendedores de los denominados productos milagro, donde la supuesta inmediatez de resultados constituye uno de los reclamos más habituales.
A nivel práctico, una de las claves para lograr una relación de empatía reside, para el dermatólogo, en saber ponerse en el lugar del paciente y ser capaz de entender sus inquietudes, incluso su angustia en determinadas patologías graves.
Pero esta comprensión, aunque fundamental, resultará insuficiente, si el especialista no acierta a exponer su información de forma que el paciente la entienda y comparta.
Es obvio que todo ello exigirá un esfuerzo adicional por parte del dermatólogo, pero tal esfuerzo resulta imprescindible en un contexto en el que la demanda de información constituye uno de los rasgos que caracterizan a la sociedad actual.
La calidad de la información constituye actualmente uno de los factores más importantes en la valoración médica expresada por los pacientes. También influye decisivamente en la elección de especialista, tanto en el sector público como en el privado. Para rentabilizar al máximo este esfuerzo, resulta imprescindible que el dermatólogo conozca los principios básicos de la comunicación a fin de aplicar adecuadamente sus recursos y técnicas en la relación con el paciente.
El especialista no pude ignorar que su ejercicio profesional se desarrolla en el contexto de la sociedad de la comunicación, si no quiere ser víctima de un progresivo aislamiento que, inexorablemente, desembocará en el fracaso.