Es verdad generalmente aceptada que de la unión nace la fuerza y, en lo que respecta a la atención médica, tal afirmación resulta incuestionable.
El asociacionismo viene a ser importantísimo, tanto a nivel de especialistas como de pacientes.
En el primero de los ámbitos mencionados, la Academia de Dermatología constituye un ejemplo claro y gratificante. La actividad de sus grupos de trabajo ha contribuido enormemente, tanto al avance científico como a un mejor conocimiento por parte de la sociedad, que se ha traducido en una mayor eficacia y amplitud asistencial, basta con recordar campañas como la prevención ante el sol o el cáncer de piel para demostrarlo.
Respecto al ámbito de los pacientes, las asociaciones juegan un papel fundamental con respecto a la mejora de la calidad de vida de los afectados y de su entorno familiar, así como de la integración social y de la propia eficacia asistencial.
Subrayando la utilidad de la unión, las asociaciones han constituido un potente instrumento reivindicativo para concienciar a la sociedad y a los poderes públicos de la importancia de los problemas y de la necesidad de afrontarlos adecuadamente.
También a nivel interno, el asociacionismo fomenta el intercambio de experiencias y los lazos de amistad entre especialistas, mientras que refuerza la moral de los afectados y de sus familias, a través de la relación y comprensión entre quienes viven situaciones similares. Esta labor contribuye decisivamente a mejorar la calidad de vida de enfermos y familiares y a optimizar el propio nivel asistencial.
Hay que propiciar, por tanto, el mayor respaldo posible a la unión de esfuerzos que representa el asociacionismo.
Este es buen reto para afrontar el nuevo año, que deseamos gratificante para todos.
Recibirás las últimas noticias de Fundación Piel Sana
Recibirás las últimas noticias de Fundación Piel Sana