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14 febrero, 2016Herpes simple
14 febrero, 20161. Fotoprotección: Protección solar oral, protección solar tópica
María Teresa López Villaescusa, M. Carmen Martín de Hijas Santos, María Encarnación Gómez Sánchez, Zsofia Ezsol, Fernando de Manueles Marcos. Servicio de Dermatología, Complejo Hospitalario Universitario de Albacete.
Desde que nacemos nuestra piel se halla expuesta a los efectos beneficiosos y nocivos de la radiación solar. En términos de salud, los efectos perjudiciales (bronceado, quemadura, pigmentación, inmunosupresión, fotoenvejecimiento, fotocarcinogénesis, fotodermatosis) son muy superiores a los beneficiosos. Por este motivo, hay que aprender a convivir con el sol y a minimizar sus efectos negativos. La prevención de los efectos nocivos del sol consiste en conocer y llevar a la práctica unas normas para proteger la piel de la radiación solar junto con el uso de filtros solares.
La protección de la piel frente al sol se consigue por varios mecanismos: aquellos propios del individuo, naturales o fisiológicos, y otros de tipo voluntario, externos o artificiales.
2. Protección fisiológica
La piel dispone de diversos mecanismos naturales para absorber o desviar la radiación solar. Esta es reflejada en parte por el pelo, los lípidos de la superficie y las células de la capa córnea (la más superficial de la piel). Al mismo tiempo, es absorbida por dos cromóforos (sustancias pigmentadas) endógenos (producidos por el propio cuerpo): el ácido urocánico y la melanina. La melanina está considerada como el factor de protección fisiológico más importante. La producción de melanina se estimula con la exposición solar y se traduce en el bronceado. La función natural del bronceado es la protección solar.
Existen dos tipos de bronceado: uno inmediato y otro retardado. El primero se inicia a los 30 minutos de la exposición, es debido a los rayos ultravioleta A (UVA) y se atenúa en pocas horas. El bronceado retardado se inicia a los 2-3 días, es debido a los rayos ultravioleta B (UVB) y es más duradero.
2.1. Tipos de piel
La respuesta de la piel ante la exposición solar no es uniforme en todos los individuos y razas, lo que ha llevado a la clasificación en seis fototipos, según el grado de quemadura y pigmentación:
- Fototipo I: Siempre se quema y nunca se pigmenta
- Fototipo II: Siempre se quema y se pigmenta ligeramente
- Fototipo III: Casi nunca se quema y se pigmenta de forma gradual
- Fototipo IV: Nunca se quema y siempre se pigmenta
- Fototipo V: Razas pigmentadas
- Fototipo VI: Raza negra
3. Protección activa
Un exceso de exposición a la radiación solar (ya sea por hacerlo de forma prolongada o intermitente) puede tener efectos perjudiciales, al condicionar la aparición de quemaduras solares, que suponen un riesgo importante para el desarrollo de melanoma y otros tumores cutáneos.
Es más que aconsejable, pues, la aplicación de:
3.1. Medidas de protección física
3.1.1. Sombreros
Los de ala ancha (idealmente, mayor de 7,5 cm) contribuyen a la fotoprotección de nariz, mejillas, barbilla y cuello.
3.1.2. Maquillaje
Se recomienda el uso de un maquillaje con un alto factor de protección solar. Si se realizan actividades que aumenten la sudoración, será preciso aplicar de nuevo el maquillaje cada 2 horas.
3.1.3. Ropas
La ropa es un excelente fotoprotector. El sistema de medida para valorar la capacidad de protección que proporcionan los tejidos tienen un sistema de medida diferente al de los fotoprotectores, que se expresa como factor de protección de la radiación ultravioleta (UPF). Se recomienda utilizar tejidos con un UPF mayor de 30. Conviene tener en cuenta que los factores que afectan al UPF son: la hechura o composición de los tejidos, su espesor, el lavado e hidratación, el tratamiento químico de los tejidos, el color, y la distancia de estos a la piel.
3.1.4. Gafas de sol
Es recomendable su uso para proteger los ojos, que también están expuestos a los efectos perjudiciales del sol.
3.2. Medidas de protección química: cremas o filtros solares
Los filtros solares, fotoprotectores o pantallas solares (sunscreens), son preparados que se aplican sobre la piel para minimizar los efectos de la radiación solar sobre la misma. Se clasifican en filtros químicos, físicos o mixtos:
- Los filtros químicos absorben los fotones de la radiación solar, alterando su estructura molecular. Pueden proteger frente a UVA o UVB.
- Los físicos, generalmente partículas minerales, reflejan y dispersan la radiación, actuando como barreras. Pueden proteger simultáneamente frente a UVA y UVB.
3.2.1. ¿Qué es el factor de protección de un filtro?
El factor de protección, también denominado índice de protección o coeficiente de protección, indica la eficacia protectora de un filtro. Los filtros solares tienen uno o varios números que indican el factor de protección solar. Por ejemplo, si una persona desarrolla eritema (enrojecimiento) tras 30 minutos de exposición al sol, el uso adecuado de un filtro solar de factor 30 prolongaría a 30 veces la exposición (es decir, a 900 minutos) la aparición del eritema.
Si el filtro solar sólo lleva un número y no se indica nada, éste se refiere al factor de protección frente a los UVB. Si aparecen dos números, el primero indica el factor de protección frente a los UVB y el segundo, el factor de protección frente a los UVA.
Como recomendaciones generales, han de seguirse las siguientes:
- Se recomienda no escatimar la aplicación del fotoprotector (han de aplicarse aproximadamente 2mg/cm2).
- Durante el verano, se ha de procurar estar a la sombra desde las 12:00 hasta las 17:00 horas.
- Ha de aplicarse siempre (en verano, o durante cualquier actividad deportiva en la nieve, agua o arena) crema con FPS de 15 o más alto, sobre la piel seca. Se ha de hacer 20-30 minutos antes de estar al sol, volviéndola a aplicar cada 2-3 horas, y después de sudar mucho o bañarse.
- Han de protegerse la cabeza, el cuerpo y los ojos con gorras, camisetas y gafas de sol.
- El bronceado con rayos UVA también puede lesionar la piel, al sumarse sus efectos con los del sol.
3.3. Fotoprotección oral
Existe una gran cantidad de prometedoras sustancias que aplicadas tópicamente pueden prevenir los efectos nocivos del sol en la piel. Sin embargo, muchas de ellas solo han sido investigadas in vitro y en animales de experimentación, por lo que se necesitan estudios en humanos que aporten evidencias apoyando su uso. Por otro lado, la aplicación de los fotoprotectores tópicos se ve afectada por el baño, la sudoración o el rozamiento, lo que hace difícil una fotoprotección integral segura. Por ello las principales novedades que en los últimos años se han producido en fotoprotección, es la utilización de la vía de administración oral como una nueva forma de fotoprotección: la fotoprotección sistémica, como un complemento a la fotoprotección tópica, que protege más contra UVA.
Diversas sustancias carentes de efectos secundarios han demostrado ejercer un efecto preventivo de los daños inducidos por la radiación UV en la piel cuando son ingeridas oralmente, constituyéndose así como fotoprotectores orales. Sus mecanismos de acción son muy variados, interviniendo en diversas vías de señalización y ejerciendo su efecto protector ya sea por su acción antioxidante, antiinflamatoria o inmunomoduladora.
Muchas de las sustancias fotoprotectoras tópicas provenientes del mundo vegetal también poseen el mismo efecto cuando se administran por vía oral. Así se incluyen algunos alcaloides de la dieta (la cafeína), el extracto de Polypodium leucotomos, la epigalocatequina 3-galato, la genisteína y los carotenoides (β-caroteno, licopeno), entre otros.
Algunos estudios, sugieren que algunas grasas parecen tener un efecto fotoprotector. Por ejemplo, el ácido eicosapentanoico (EPA) y los ácido grasos omega-3 inhiben el desarrollo de cáncer cutáneo en ratones.
Al igual que se hace con los fotoprotectores tópicos, en los fotoprotectores orales se tiende a combinar sustancias, fundamentalmente de efecto antioxidante, potenciando así el efecto fotoprotector global. Por ejemplo, la ya bien conocida combinación de vitaminas C y E aumenta significativamente el efecto fotoprotector respecto a cuando se administran de forma separada.
4. Véase también
- Fototerapia. Quemaduras solares
- Quemadura solar