Sara Ibarbia Oruezabal, Paula Gutiérrez Támara, Elena del Alcazar Viladomiu, Hernán Borja Consigliere, Ane Jaka Moreno, Anna Tuneu Valls. Servicio de Dermatología, Hospital Universitario de Donostia (San Sebastián)
El tratamiento de elección dependerá de la parasitosis específica que nos dispongamos a tratar. Sin embargo, podemos establecer dos pilares de tratamiento: el tópico y el sistémico.
El antiparasitario tópico de elección.
Se trata de un derivado sintético piretroide, de muy baja toxicidad y alta eficacia. Actúa como una neurotoxina, produciendo la parálisis y muerte del ácaro. Existen formulaciones al 1 y 5%.
En el caso de la pediculosis, el producto se aplica en la zona o zonas parasitadas y a los 10 minutos se lava con un champú suave. Dado que no es totalmente ovicida, es necesario repetir la aplicación a los 7 a 10 días. En el caso de la escabiosis, la aplicación debe hacerse en todo el cuerpo, desde el cuello hacia abajo; incluyendo las uñas (en lactantes y ancianos es necesaria la aplicación en la cabeza, evitando contacto con los ojos y la boca). Es preferible usar el producto después del baño pero sobre la piel seca; y la retirada del mismo se efectuará unas 8-12 horas después de la aplicación.
Actualmente, la permetrina, se considera la mejor alternativa terapéutica en niños y adolescentes; dada la baja incidencia de efectos adversos. Se usa comúnmente de forma tópica como loción, crema, o spray; pero la formulación más adecuada se elegirá en función de la localización a tratar. ¿y si la permetrina no funciona?
Segunda alternativa.
Fue el tratamiento de elección previo a la generalización del uso de la permetrina.
En caso de la pediculosis, se aplicará champú de lindano al 1% durante 4 minutos y posteriormente se lavará de forma exhaustiva. Dada la ausencia de potencial ovicida, es necesario repetir la aplicación al cabo de 7-14 días; así como ante la persistencia de piojos o la visualización de huevos a nivel de la unión dermo-epidérmica.
Para el tratamiento de la escabiosis se usarán cremas o lociones de lindano al 1%. El modo de empleo consiste en la aplicación del producto por todo el cuerpo, desde el cuello hacia abajo; se mantiene de 8 a 12 horas y ulteriormente el producto se retira con un lavado exhaustivo.
Si bien se han descrito algunos casos de resistencia al lindano en regiones de America y Asia, el fracaso terapéutico es poco frecuente si éste se ha realizado en forma adecuada.
Dado el potencial de toxicidad sistémica y neurotoxicidad de este producto, siendo la población más susceptible los niños, ancianos y aquellos con un peso menor a 50 kgs; el lindano se recomenienda como medicamento de segunda línea.
Esta sustancia no debe emplearse en pacientes con defectos de la barrera epidérmica, prematuros y condiciones que aumenten la absorción percutánea; así como embarazadas o mujeres que se encuentren en periodo de lactancia.
Además, está contraindicado en pacientes con desórdenes epilépticos y/o alto riesgo de convulsiones (tratamiento concomitante con antiretrovirales, antipsicóticos, antimaláricos, corticoides sistémicos, quinolonas, benzodiacepinas o abuso de alcohol).
Sin embargo, a pesar de estas consideraciones; su bajo coste hace que sea una alternativa terapéutica clave en muchos países.
Una posibilidad ante los casos resistentes.
Es un insecticida organofosforado, que se utiliza como alternativa en casos resistentes a la permetrina. Se aplica durante 8-12 horas y deja algo de protección residual. Está contraindicado en lactantes.
Se ha considerado el tratamiento de elección en embarazadas, lactantes y recién nacidos. Se aplica durante tres noches consecutivas, siendo necesario repetir la aplicación a los 7 días. Tiene la ventaja de ser barato y muchas veces constituye la única alternativa de tratamiento en países pobre donde una alternativa escabicida.
Es mucho menos eficaz que los tratamientos anteriores, pero tiene la ventaja de ser antipruriginoso y de que apenas muestra toxicidad sistémica.
Otros acaricidas tópicos como el aceite de Melaleuca alternifolia (árbol del té) son anecdóticos y no disponen de evidencia que apoye su eficacia.
Una opción cada vez más utilizada.
Se trata de un compuesto derivado de la avermectina (sustancia producida por el hongo Streptomyces avermitilis), con actividad antihelmíntica de amplio espectro. Posee una estructura química similar a los macrólidos, pero no presenta actividad antibacteriana.
El mecanismo de acción de las avermectinas consiste en provocar la inmovilización de los parásitos induciendo una parálisis tónica de la musculatura. Inicialmente se acreditaba que los efectos de estos compuestos afectan la modulación de la neurotransmisión mediada por el ácido gamaamino butírico (GABA), pero estudios ulteriores mostraron que la parálisis es mediada por la potencialización y/o activación directa de los canales de Cl- sensible a la avermectina, controlados por el glutamato. resultando en la parálisis y muerte del parásito. La actividad selectiva de estos compuestos parece ser atribuida a que en los mamíferos los canales iónicos mediados por el GABA sólo están presentes en el cerebro y sin embargo, en condiciones normales, la ivermectina no atraviesa la barrera hematoencefálica. Además, los nervios y las células musculares de los mamíferos no presentan canales de Cl- controlados por glutamato. Por todo ello los estudios muestran que la ivermectina es una alternativa segura y efectiva en el tratamiento de las parasitosis, tanto en sujetos sanos como en inmunocomprometidos. Tiene como ventajas su bajo costo, la práctica ausencia de efectos adversos y un esquema de administración sencillo que evita los problemas de adherencia al tratamiento.
Debido a los mencionados efectos sobre receptores GABA-érgicos, la ivermectina está contraindicada en pacientes con meningitis u otras afecciones del sistema nervioso central que puedan afectar a la barrera hematoencefálica. Además, debe ser igualmente evitada en gestantes, durante la lactancia, en niños con menos de 15 kg de peso y en pacientes en tratamiento concomitante con fármacos que deprimen el sistema nervioso central.
La pauta de tratamiento en la pediculosis es de 200 microgramos/kg, pudiendo repetir la toma al cabo de los diez días para erradicar las ninfas emergentes.
Asimismo, la dosis recomendada para el tratamiento de la sarna son 200 ug/kg en una dosis única; recomendándose la toma del fármaco con agua y con el estómago vacío.
La efectividad y ausencia de efectos colaterales significativos hace que sea una opción de tratamiento cada vez más utilizada; en particular casos de resistencia al tratamiento tópico y en el control de brotes endémicos de infestaciones parasitarias.
Aunque la ivermectina no está comercializada en España, se puede conseguir como medicación extranjera o realizar una fórmula magistral.
El epidemiológico a nivel de atención primaria sigue siendo vital para lograr una disminución real de la incidencia de estas enfermedades.
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