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28 febrero, 2023Hay quienes piensan que a la piel únicamente hay que protegerla del sol en verano. Y personas que son muy cuidadosas en la selección de cremas protectoras cuando van a la playa, se olvidan de la atención a la piel en cuanto se sumergen en las preocupaciones del trabajo cotidiano y actúan como si, al terminar la exposición playera al sol, hubiera desaparecido la necesidad de combatir a los agresores que acechan la salubridad del órgano más extenso de su cuerpo.
Sin embargo, la piel necesita protección en todas las estaciones del año, como nuestro organismo necesita comer o respirar. Ahora cuando soportamos el rigor del frío invernal, debemos tener en cuenta que las bajas temperaturas disminuyen la producción de grasa, lo que hace más fina y débil a nuestra piel. Ello obliga a ser especialmente cuidadosos con la hidratación, una tarea que no debemos descuidar en todos los días del año.
Cuando el frío se acentúa, las zonas más expuestas deben ser protegidas. El rostro, las manos y los labios sufren especialmente los rigores invernales y han de ser preservadas de su impacto con gorros, guantes y cremas de protección labial recomendadas específicamente por el dermatólogo. La costumbre de humedecer los labios con la lengua puede representar un alivio momentáneo, pero engañoso, pues, en realidad, contribuye a la irritación de esta zona. La protección solar resulta especialmente necesaria en la práctica de deportes de invierno.
No debemos olvidar que, como órgano más extenso del cuerpo humano, la piel registra y guarda memoria de los estilos de vida que benefician o perjudican a nuestro organismo. Una dieta saludable, el ejercicio físico adecuado o el equilibrio mental contribuyen al buen estado de la piel, en la misma medida en que hábitos como el consumo excesivo de alcohol, el tabaquismo o el estrés favorecen su deterioro.