Cuidar la piel es mejorar la autoestima
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26 julio, 2018En época estival y con la consiguiente salida a las playas, son bastantes las personas que se dan cuenta de lo olvidada que han tenido la piel (y, frecuentemente, también su peso) durante los meses del largo invierno. Este descubrimiento viene a revelar, un tanto bruscamente, la relajación en la necesaria vigilancia de los hábitos saludables que prolongan y mejoran nuestra vida.
El hecho de que, por necesidades de protección frente al frío, nuestro cuerpo permanezca oculto bajo la ropa, no garantiza que no puedan desarrollarse afecciones peligrosas para la piel o que no se acumule un sobrepeso que acabe perjudicando seriamente la salud.
Es necesario cuidarse por el propio interés y no sólo para que los demás alaben nuestra belleza. Una mancha en la piel o unos kilos de más significan mucho más que una mera cuestión estética. Hasta el punto de que estos descuidos pueden desembocar en patologías como el cáncer de piel (que puede conducir a la muerte) o en una obesidad que supone un riesgo importante para la salud.
Cuando, por imposición de las temperaturas, estamos obligados a mostrarnos tal como realmente somos, sin escondernos en los refugios de la vestimenta, es buen momento para reflexionar sobre la conveniencia de adoptar hábitos saludables permanentes en beneficio de nuestra propia salud, más que en virtud de opiniones ajenas.
La belleza es el resultado de una piel bien cuidada, lo que supone una vigilancia estricta sobre cualquier alteración sospechosa. Ese es el auténtico premio y el que los demás nos alaben o no, es una cuestión secundaria. Así que sería muy oportuno recuperar los hábitos saludables olvidados y hacer un firme propósito de que tal olvido no vuelva a repetirse. Primero, por nuestro propio bien y si, además, los demás nos alaban, mucho mejor.