Láser para melasma y otras pigmentaciones
16 septiembre, 2016La necesaria relación entre las asociaciones científicas y las asociaciones de pacientes
19 septiembre, 2016La evolución constante en el trasplante de pelo es motivada por la gran cantidad de intervenciones diarios en todo el mundo. Hay una gran demanda de pacientes que al conseguir una mayor densidad en sus resultados y una molestias mínimas quieren operarse.
Hasta hace solo 30 años era normal el macro punch conocido como “pelo de muñeca” injertos de 10 a 25 cabellos de 3-4 mm de diámetro…
Desde 1985-1991 se produce una transición hacia los micro injertos que ya son el estándard actual usando la conocida como tira, extracción de un huso de cuero cabelludo donante en la zona “segura” occipital.
En 1995 se empieza a usar el concepto de unidad folicular y los microscopios estereoscopicos y ya en 2002 se empieza a usar de nuevo los punch, pero ahora de menor tamaño, entre 0.6 hasta 1.2 mm de diámetro iniciando la era del FUE. La necesidad de poco material y poco personal auxiliar que requiere el fue hace que muchos médicos no especialistas se inicien en cirugía de cuero cabelludo.
Un gran número de estos médicos adoptan una actitud agresiva comercialmente para atraer más pacientes y exageran las bondades del fue diciendo que no hay ninguna cicatriz ocultando los puntos blancos residuales y exageran las cicatrices lineales enseñando solo las que son visibles y antiguas.
El equilibrio de un buen especialista en transplante capilar pasa por usar ambas técnicas de extracción, tira MÁS fue, no haciéndolas enemigas sino complementarias en muchos pacientes y adecuándose a cada persona.
No podremos hacer una extracción en tira a alguien que lleva siempre el cuero cabelludo rapado como estilo de vida ni sería aconsejable un fue en alguien que casi siempre lleva el pelo largo… aunque en muchos pacientes podremos hacer primero una tira y más adelante en una segunda intervención un fue.
La alopecia fibrosante frontal no es una buena candidata a ser transplantada, hay frecuentes recidivas incluso 2-3 años después de la intervención. Aunque hay un porcentaje variable según autores con un resultado estable tras 6 años. En todo caso debería haber inactividad de la enfermedad, por lo menos 2 años antes de intervenir, y hacer primero un test de unos 100 injertos y observar el crecimiento entre 6-12 meses antes de hacer el gran relleno.
El mal llamado robot, Artas… es en realidad un brazo robótico que necesita 2 personas que controlen sus parámetros al ordenador y que “solo” hace las incisiones en la zona donante, viene de fabrica con un punch de 1.2 mm (muy grande) y lo pueden mejorar con un punch de 0.9 a demanda del cirujano, tiene una curva de aprendizaje de varios meses y un coste por paciente y cirugía al fabricante de 1.800-2.000 euros, además de un gasto inicial de 300.000 euros. Conocemos algunos médicos a nivel internacional que lo tienen y ya no lo están usando.