Fallecimiento del Dr. Luis Iglesias Díez
2 enero, 2019Los excesos y la piel
11 enero, 2019Cuando se quiere potenciar un producto o divulgar una idea, la mejor garantía de éxito suele ser el aval de alguien famoso.
Aval que, por supuesto, se encarece en función de la notoriedad de la estrella contratada, hasta el punto de que algunas de estas personas llegan a obtener más ingresos por prestarse a ejercer estas funciones promotoras que las derivadas de su propia actividad profesional.
Michael Robinson, exfutbolista y luego estrella de la comunicación deportiva, ha dado un ejemplo de responsabilidad y, sobre todo, de generosidad.
Ha anunciado públicamente que sufre un melanoma con metástasis. Y, a pesar de la amplia repercusión mediática correspondiente y del valor que supone hacer pública esta situación, el beneficiario no va a ser el protagonista de tan doloroso anuncio, sino la contribución a divulgar una grave dolencia, es decir, la salud de los ciudadanos.
Cuando un famoso, como Robinson, toma una decisión de tal importancia, que populariza una enfermedad, mueve a la adopción de medidas preventivas e infunde valor (como también es el caso) para combatirla, todos debiéramos sentirnos agradecidos.
Porque, tanto los afectados como quienes pueden estar en riesgo, tienen poderosas razones para ello.
Los primeros, ya que necesitan de moral para luchar contra la enfermedad, y los segundos, porque están a tiempo de adoptar medidas preventivas.
Ambos grupos (es decir, todos los ciudadanos) se benefician del impacto de un estrellato que a Robinson, seguramente, le ha costado un enorme esfuerzo.
En la práctica, con esta decisión ha sido como si repartiera entre todos el caudal mediático acumulado por su trabajo a lo largo de los años.
En varias ocasiones nos hemos referido a la importancia de la campaña Euromelanoma 2018 y al video difundido por la AEDV sobre el cáncer de piel.