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1 enero, 2016Infecciones vaginales
El flujo vaginal normal tiene una composición muy compleja; esta formado por una flora polimicrobiana, saprofita, en el que predominan los lactobacilos, estos proporcionan acidez y protección al epitelio vaginal.
El pH vaginal en la mujer en edad fértil se mantiene entre 3, 5 y 4.
Esta flora se mantiene en perfecto equilibrio; pero existen factores que rompen este equilibrio, provocando alteraciones vaginales. La mayoría de las veces la mujer consulta por síntomas vaginales; y el proceso que presenta no suele ser infeccioso o transmisible, es decir no se transmiten por las relaciones sexuales (excepto en la vaginitis provocada por Tricomonas). Son mas bien procesos que se presentan por alteración de la flora vaginal.
¿Que factores pueden altera la flora vaginal?
- Cambios hormonales.
- Embarazo.
- Toma de antibióticos.
- Anticonceptivos (hormonales, DIU, espermicidas).
- Lubricantes.
Cuando esto sucede, el flujo cambia su características normales, de color, olor y consistencia por otras, es decir se pueden transformar en un flujo blanco o amarillento, puede ser mal oliente, etc… En la práctica clínica, nos encontramos sobre todo con 3 procesos más habituales:
VULVOVAGINITIS CANDIDIASICA:
No es una enfermedad de transmisión sexual. Es una situación muy frecuente, se estima que al menos el 75% de las mujeres han tenido un episodio de vulvovaginitis candidiasica en su vida. Esta provocada por el hongo Candida, sobre todo Candida albicans. Hay que considerar que la Candida es un hongo que muchas veces es habitual encontrarlo en el tubo digestivo y/o en vagina.
Pero hay factores que pueden activar esta Candida como son:
o Aumento de humedad en la zona.
o Embarazo o Tratamiento con antibióticos o Diabetes.
o Cambios hormonales o Anticonceptivos hormonales.
o Stress.
o Uso de corticoides o Inmunodepresión.
En este caso la paciente consulta por síntomas vulvovaginales como son: – picor y/o escozor en la vulva – flujo blanco, más denso de lo habitual. – dolor a la penetración en el coito. En la exploración clínica observamos la vulva enrojecida, brillante y un flujo blanco como yogur o requesón, en grumos adherido a las paredes vaginales.
Existen muchos tratamientos para tratar la vulvovaginitis candidiasica, pero es muy importante reseñar que el tratamiento debe realizarse tanto de la vulva como de la vagina; muchos tratamientos fracasan porque no se trata la vulva, provocando episodios recurrentes. El tratamiento correcto seria combinado y consiste en tratar vulva y vagina.
Para la vulva: después de lavar y secar bien la vulva aplicar una crema antifúngica (derivados imidazólicos).
Para la vagina: el tratamiento de la vagina puede realizarse con antifúngicos orales (fluconazol o itraconazol) o con óvulos o cremas intravaginales con imidazoles.
La mejor respuesta la encontramos en el tratamiento que combina, crema con imidazoles para la vulva y antifúngicos por vía oral. También muy importante evitar los factores desencadenantes, sobre todo los que provocan humedad en la zona genital la humedad que se ve favorecida por el uso de ropa interior de licra, pantalones ajustados, en las épocas de verano el bañador humedo,etc
VAGINOSIS BACTERIANA
Tampoco se considera una enfermedad de transmisión sexual. Entre todas las bacterias que componen la flora vaginal normal, los lactobacilos son los que en mayor numero se encuentran ( ellos confieren protección a la vagina ), pero existen otros microorganismos; como Gardnerella Vaginalis en mucha menor proporción. Cuando la Gardnerella predomina en la flora vaginal, desplazando a los lactobacilos, aparece una situación que denominamos vaginosis bacteriana.
¿Que factores la desencadenan?
Sobre todo:
– Uso de duchas o lavados vaginales.
– Uso prolongado de tampones.
– Olvido de tampón en la vagina.
Hay otros factores que también pueden influir como son:
– Alta frecuencia de relaciones sexuales.
– Parejas sexuales múltiples.
– DIU.
– Tratamiento tópicos.
La paciente en este caso acude a consulta con síntomas como flujo aumentado, lechoso, de color amarillo o pardo grisáceo, y se queja sobre todo de flujo mal oliente, aunque no suele referir picor ni escozor vulvar. El tratamiento se realiza con gel de metronidazol intravaginal,o por vía oral con o metronidazol o tinidazol. Cuando se utiliza metronidazol o tinidazol por vía oral, no se debe ingerir durante el tratamiento, porque puede aparecer el efecto antabus, es un efecto desagradable, que se caracteriza por mareos, vértigos, rubor facial y ocular, palpitaciones, sudoración, etc.
Como tratamiento alternativo se usa la clindamicina tópica u oral. Estos tratamientos son eficaces y resuelven bien los episodios. Tanto en la vulvovaginitis candidiasica como en la vaginosis bacteriana, no hay que tratar a las parejas sexuales.
VAGINITIS POR TRICHOMONAS
Esta producida por el protozoo Trichomonas Vaginalis. Si se considera de transmisión sexual, es decir se transmite exclusivamente por las relaciones sexuales y lo pueden padecer tanto los hombres como las mujeres. En mas de la mitad de los casos puede no presenta síntomas (sobre todo en los varones), pero cuando lo hace la mujer refiere picor vaginal (la vulva no suele afectarse), flujo abundante amarillo/verdoso y a veces espumoso. El tratamiento debe realizarse por vía oral, ya que la Trichomonas Vaginalis puede estar no solo en la vagina sino también en la uretra de la mujer, donde el tratamiento con óvulos o cremas no seria eficaz. El tratamiento se realiza con metronidazol o tinidazol oral en dosis única.
En la vaginitis por Tricomonas la pareja sexual debe ser diagnosticada y tratada. Hemos hablado de los procesos vaginales; pero es importante conocer que cuando una mujer acude a nuestras consultas con síntomas vaginales; debemos realizar una historia clínica pormenorizada, para evaluar si hay riesgo de alguna enfermedad de transmisión sexual. Así como los procesos vaginales si presentan sintomatología, infecciones como Gonorrea y Chlamydia Trachomatis, que se localizan en el cuello del útero, con mucha frecuencia son asintomáticos. Por ello para diagnostico se debe realizar un exudado cervico vaginal, es decir tanto del cervix como de la vagina, para descartar que no existan otras infecciones.