Cosmeticorexia, un riesgo a vigilar
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18 junio, 2024Resulta llamativo que, a pesar de lo prolongado de la crisis económica que sufrimos, el dinero que los ciudadanos destinan a mejorar su imagen no se haya reducido. Muy al contrario, las inversiones relacionadas directamente con el embellecimiento, bien sea a través de la compra de productos, tratamientos o de adornos complementarios, se han incrementado considerablemente, especialmente los de precio más elevado.
Sin embargo, en lo que se refiere al consumo de alimentos, particularmente aquellos de mayor precio, la tendencia es justamente la contraria. Aquí se impone un drástico ahorro que, en ocasiones, alcanza el umbral mismo de las necesidades básicas. Este contraste implica que, a efectos prácticos, el desembolso en estética es considerado, por un número significativo de ciudadanos, como una prioridad a la hora de seleccionar sus gastos.
Este comportamiento, aunque parezca sorprendente, no es nuevo ni, mucho menos, exclusivo de la sociedad actual. La sabiduría popular lleva siglos aconsejando la conveniencia de poner buena cara al mal tiempo, que es tanto como asegurar que quienes se arrugan ante las dificultades contribuyen a ser derrotados, incluso antes de la batalla. El buen aspecto ayuda a mejorar las expectativas de victoria, en tanto que su deterioro aumenta las posibilidades de un desastre.
Por eso, la dermatología estética es importante, no sólo para embellecer la imagen, sino también para elevar una autoestima decisiva para enfrentarse y superar las dificultades. Quien se ve bien a sí mismo también tiene una visión optimista de cuanto le rodea.
La estética de la piel debe asentarse, inexorablemente, sobre unos cuidados que aseguren su buen estado sanitario. Y ello empieza por la puesta en práctica de un estilo de vida saludable, que incluye un ejercicio físico cotidiano adecuado a la edad y características de quien lo practica, una alimentación equilibrada y la eliminación de hábitos nocivos ,como el consumo de alcohol y tabaco. El consejo del dermatólogo resulta imprescindible para asegurar una correcta estrategia de prevención y tratamiento.