Hábitos saludables para la piel
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19 febrero, 2024Resulta evidente que la introducción de las nuevas tecnologías en el ámbito de la medicina ha contribuido a facilitar y mejorar notablemente tanto el diagnóstico como los tratamientos. Estas aportaciones resultan particularmente apreciables en el caso del melanoma, cuya incidencia ha experimentado un incremento en torno al 40% en el último lustro.
Es cierto que las campañas de concienciación general han logrado mejorar sustancialmente los comportamientos de la población frente a la exposición solar, especialmente en las playas. Sin embargo, a la vista del aumento de casos y de la importancia de una enfermedad que puede ser mortal, parece claro que todos los recursos para frenar el avance de esta patología deben ser potenciados.
El fuerte aumento del melanoma se ha visto favorecido por diversos factores, tales como la falta de tiempo de muchos pacientes para acudir a la consulta del especialista, las abultadas listas de espera, que retrasan tratamientos y agravan la enfermedad, o las dudas sobre determinadas manchas y lesiones en la piel que, de ser resueltas de un modo rápido, evitarían la angustia de muchos afectados y harían que las acciones terapéuticas fueran mucho más eficaces.
En este contexto, la teledermatología constituye una herramienta extremadamente útil al facilitar un rápido diagnóstico inicial a distancia de alteraciones sospechosas en la piel, así como la revisión de datos en laboratorio. Adaptarse a las nuevas tecnologías ha supuesto un enorme esfuerzo para aquellos dermatólogos que iniciaron su actividad en una época donde los métodos y recursos para su especialidad eran muy diferentes. El cambio ha sido tan rápido que la situación de hace unos pocos años nos resulta hoy casi desconocida y hace que el trabajo de los hoy veteranos especialistas nos parezca admirable.
Porque, a pesar del avance y de la innegable utilidad de las nuevas tecnologías, no debemos olvidar que las máquinas son manejadas por el hombre y siempre han de estar a su servicio. Por ello, el dermatólogo podrá enriquecer su ejercicio profesional con el manejo de estas innovaciones, pero nunca será sustituido completamente por ellas.
Dr. Miguel Aizpún