Nuevo partner de la Fundación para 2022
17 enero, 2022DerMalawi gana el premio “Dermatología solidaria”
8 febrero, 2022Ahora que los efectos dramáticos de las oleadas de la pandemia del coronavirus parecen remitir, afloran los efectos invisibles en los que, por la gravedad de lo inmediato, no habíamos reparado. Uno de los más destacados reside en el fuerte desequilibrio emocional provocado por el temor al contagio, la ausencia de relaciones sociales (especialmente dolorosa cuando se trata de seres queridos), el trauma ocasionado por la enfermedad o muerte de amigos o familiares, la renuncia a espectáculos y celebraciones o el prolongado confinamiento que nos ha obligado a reducir nuestras actividades físicas a un reducido espacio. Este impacto mental, según van reflejando las estadísticas, resulta especialmente preocupante, entre niños y adolescentes, ya que podría marcarles negativamente de por vida.
Los dermatólogos sabemos, por la experiencia acumulada en nuestras consultas, que existen enfermedades de la piel cuyo tratamiento, para ser realmente eficaz, no puede limitarse a lo estrictamente clínico, ya que, frecuentemente, sus imbricaciones psicológicas y sociales pueden tener consecuencias más importantes que la pura afección dermatológica. Para una correcta valoración de este tipo de problemas, resulta fundamental ganarse la confianza del paciente, ayudarle a mejorar su autoestima y derivarle, cuando la situación así lo requiera, al especialista adecuado.
En la raíz de nuestra vocación como médicos está la ayuda a quien la enfermedad ha debilitado y recurre en busca de ayuda y también en este ámbito estamos obligados a ser eficaces.
Esta confianza entre médico y paciente adquiere una particular relevancia en enfermedades cuyas manifestaciones externas pueden llegar a ser, en la práctica, inhabilitantes en el campo de las relaciones sociales o laborales, además de provocar notables alteraciones psicológicas.
Entre estas afecciones destacan, por su amplia prevalencia, el acné, la psoriasis o la dermatitis atópica. De ahí la importancia de las campañas de divulgación y concienciación que se han llevado a cabo por iniciativas públicas y privadas, y entre las que destaca Atopic Me, impulsada por Sanofi Genzyme y la Asociación de Afectados, con la colaboración activa de la AEDV, con el objetivo de minimizar el impacto de la dermatitis atópica grave (DAG) entre los jóvenes.