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31 mayo, 2016Lucir un pelo sano y vigoroso depende no sólo de factores externos sino también de condiciones genéticas propias que condicionan la calidad de nuestro cabello. Por tanto debemos tener claro qué hay de verdad en todo lo que se dice y qué no se dice y realmente es cierto sobre los cuidados básicos del cabello.
Sobre el lavado hay que saber que no afecta para nada a la calidad ni a la cantidad de cabello, no favorece la caída ni perjudica a la fibra capilar. Cuando lavamos el cabello, lo que conseguimos es retirar la suciedad acumulada sobre el pelo y sobre la piel del cuero cabelludo, por tanto se mostrará limpio y más luminoso.
Durante el lavado se ejerce cierta tracción sobre el cabello, lo cual ayudará a que los cabellos en fase de caída, se descuelguen de su anclaje en la piel y caigan, pero debemos tener claro que ese pelo iba a caer en ese momento o en los próximos días, por tanto no hemos favorecido su pérdida, sólo la hemos precipitado. Debajo de ese folículo ya hay otro nuevo que crecerá en los próximos meses, así es como funciona el ciclo de crecimiento del pelo.
Por otro lado, el uso o no de champú, es otro tema en discordia hoy en día. Un champú suave, de pH neutro no perjudica al pelo ni a la piel del cuero cabelludo aunque se use a diario.
En cuanto al uso de geles fijadores, espumas y secadores, hemos de tener en cuenta que el empleo mantenido de estas sustancias o el aire caliente del secador puede perjudicar a la fibra capilar, volviéndola más quebradiza y con menos brillo, pero de nuevo no favorece la pérdida de pelo.
Sin embargo, el uso de cascos, gorros ajustados o peinados con mucha tracción sí puede conllevar a la larga a la pérdida de pelo en las zonas donde los folículos han estado sometidos a roce o tracción mantenida.
La principal causa de pérdida de pelo en el varón es la alopecia androgenética, conocida como calvicie común. Se trata de un proceso crónico condicionado genéticamente por antecedentes familiares y hormonalmente por la testosterona, hormona implicada en acortar la fase de crecimiento de los folículos, que suele iniciarse alrededor de los 25 años, con una primera etapa más intensa que dura unos 20 años y que va provocando la miniaturización progresiva de los folículos de la zona frontal, superior y de la coronilla del varón. A día de hoy, existen medicamentos eficaces para frenar la evolución, logrando, aunque no en todos los hombres, enlentecer el proceso pero en ningún caso consigue que crezca nuevo pelo.
En el caso de la mujer, la alopecia androgenética afecta a un menor porcentaje de pacientes, suele comenzar algo más tarde, en la perimenopausia, aunque cada vez vemos mujeres más jóvenes afectadas. El tratamiento médico es la primera opción igual que en los hombres, para intentar frenar la miniaturización.
Hay que saber que ante zonas despobladas, la mejor opción es un trasplante capilar que recuperará el pelo perdido en la zona de forma definitiva y muy natural.
Debemos huir de remedios caseros o soluciones milagro que se ofertan en los medios, ya que la calvicie común es una enfermedad muy extendida y muy estudiada sobre la que se han realizado multitud de estudios y se sigue investigando, con pocas novedades hasta el momento.
Si dudas sobre qué es lo más adecuado en tu caso, acude al dermatólog@, quien podrá ayudarte indicándote los posibles tratamientos disponibles.