El déficit de Vitamina D nos preocupa
29 julio, 2016Células de Merkel
1 agosto, 2016Como premisa previa hay que aclarar que en la actualidad no es aceptable hablar de “acné androgénico” porque todos los acnés son androgénicos; en caso contrario, se trataría de erupciones acneiformes.
Por ello el acné surge desde el momento de la adrenarquía; es decir cuando aparecen los andrógenos, siempre el primer andrógeno en aparecer, la DHEA-S, producida por las cápsulas suprarrenales. Por tanto sobran preámbulos y podemos pasar a comentar la etiopatogenia del acné y la necesidad o no del tratamiento hormonal antiandrogénico.
Todo acné está determinado por el aumento de la secrección de sebo con alteración de su composición, la obstrucción del conducto pilosebáceo por hiperproliferación de los queratinocitos foliculares y la colonización bacteriana que conduce a la inflamación y el desarrollo de respuesta inmunitaria..
Como tanto la T-libre como la 5-alfa-DHT aumentan el tamaño y la secrección de las glándulas sebáceas, aceptamos que los andrógenos son los factores más importantes de los que están implicados en la etiopatogenia del acné, y que el acné es una afección propia de varones y de las mujeres que tengan alguna disregulación en el balance estrógenos/andrógenos, lo que explica que el acné en las mujeres empeore en el periodo premenstrual o, si aparece en adultas, que éstas tengan hiperandrogenismo, aunque sea por mauor sensibilidad del órgano diana sebáceo, que es lo que se conoce como síndrome SAHA.
Local o sistémico:
De conformidad con lo anterior, no cabe duda de que el tratamiento hormonal del acné tiene carias connotaciones dependiendo de si nos referimos a un tratamiento local o sistémico, y en el varón o en la mujer. El tratamiento local hormonal del acné se usa poco salvo en aquellas mujeres en las que se desee reducir también seborrea.
La combinación de progesterona al 0,05% que se complementan sinérgicamente, causan la reducción del tamaño de las glándulas sebáceas de las zonas en las que se aplica.
Tratamiento hormonal sistémico:
Éste ya requiere otro planteamiento, puesto que los antiandrógenos, tanto centrales como periféricos no dejan de tener eefectos secundarios. No obstante, si se trata de una mujer con elevación de los andrógenos suprarrenales y/u ováticos, será necesario el empleo de antiandrógenos con anticonceptivos, o la supresión suprarrenal con glucocorticoides.
Etos últimos pueden emplearse también en el varón pero en ellos no aconsejamos los antiandrógenos, ni siquiera los periféricos ya que, auqnue la dutasterida actuaría sobre la glándula sebácea, tiene excesivos efectos secundarios para corregir un problema que puede ser neutralizado con otras medicaciones. El finasterida ni actúa en el acné.
Publicado en Dermactual de la AEDV.