¿Cómo puedo saber si tengo predisposición genética al melanoma?
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25 agosto, 2020La rosácea es una enfermedad inflamatoria crónica que se puede manifestar bajo diferentes formas clínicas y que incluye una combinación de síntomas y signos como el eritema o enrojecimiento de la cara. Principalmente, afecta a nivel facial, pero existen zonas con una especial preponderancia como el mentón, y hay ciertos tipos en los que se manifiesta en la nariz o incluso a nivel periocular.
A pesar de estar muy relacionado con personas de piel clara, la rosácea tiene una alta predisposición genética y es uno de los motivos más frecuentes de visita al dermatólogo, afectando a un 10% de la población. Algunos datos hablan de que podrían sufrir esta enfermedad más de 45 millones de personas en todo el mundo.
Entre los factores que pueden afectar a la rosácea destacan el estrés, los cambios de temperatura, el sol, la ingesta de alcohol o la comida picante, entre otros. Principalmente, quienes la padecen poseen una piel altamente sensible, que reacciona de una forma exagerada ante ciertos estímulos externos, empeorando así la calidad de la piel.
La rosácea no solo afecta en un plano físico sino también a nivel psicológico: entre un 60-70% de los casos reconocen que sufrir rosácea ha empeorado su calidad de vida. Es por ello que los dermatólogos tratan de buscar nuevas mejoras en los tratamientos para poder acelerar la recuperación del paciente.
Según indica el Dr. José Luis López Estebaranz, “el tratamiento de la rosácea se basa en tres pilares fundamentales: la educación al paciente para evitar estímulos desencadenantes de la rosácea, el uso de cosméticos y cuidados de la piel no farmacológicos, y el tratamiento farmacológico y con terapia lumínica y láser”.
Para poder ofrecer el tratamiento más adecuado, hay que tener en cuenta la fase en la que se encuentre la piel, su enrojecimiento, así como la inflamación de las unidades pilosebáceas.
Entre las opciones para la mejora del cutis, explica el doctor López Estebaranz “se encuentran los antibióticos y antiinflamatorios tópicos incluyendo la clindamicina, ácido azelaico, metronidazol. Además, recientemente se ha utilizado con buenos resultados la ivermectina tópica que presenta propiedades antiinflamatorias y antiparasitarias, que controla las glándulas sebáceas”.
En los casos en los que se ha producido un enrojecimiento mantenido y los vasos quedan dilatados, se puede proponer al paciente la realización de láser vascular o luz pulsada con filtro adecuado. Los sistemas láser y fuentes de luz son un procedimiento cada vez más utilizado y, en muchas ocasiones, el único sistema para eliminar las alteraciones de la rosácea.
“Los sistemas IPL y láseres vasculares son fundamentales y muy eficaces en la eliminación de las alteraciones vasculares de la rosácea, mientras que los sistemas ablativos de CO2 y Erbio son el mejor sistema de eliminar las formas proliferativas de la rosácea”, apunta el Dr. López Estebaranz.
El último método que se está probando en pacientes es, tal y como señala el doctor López Estebaranz, “la terapia biofotónica que se trata de un tratamiento que aplica un gel sobre la piel del paciente y que contiene unas sustancias que, al activarse con una luz LED externa, emiten luz fluorescente en la piel. Se han aprobado recientemente para el tratamiento de la rosácea y está obteniendo mejorías importantes en las lesiones inflamatorias de los síntomas, pero también en la hinchazón, edema y enrojecimiento de la piel”.
Por último, los cosméticos actuarán como barrera de la piel para ayudar a los pacientes. La función es más importante en estas pieles sensibles, que reaccionan de una forma exagerada ante los estímulos de la piel. Una buena protección solar, así como evitar los factores que desencadenan su enrojecimiento, serán fundamentales para mantener una piel con rosácea bajo control.