Psoriasis, un reto apasionante en Dermatología
28 marzo, 2023La Fundación Piel Sana de la AEDV acoge a ISDIN como nuevo miembro Oro
18 abril, 2023Los seres humanos han ido describiendo las estaciones del año en función de las alteraciones que los cambios climatológicos provocaban en sus sensibilidades físicas y espirituales. La primavera (ahora recién estrenada) se identifica con el florecimiento en la naturaleza y con las ilusiones en el espíritu.
También la piel acusa estas alteraciones, que no siempre le son favorables. En esta época del año, aumentan, de forma considerable, los episodios de dermatitis atópica y alergias cutáneas. La piel, que generalmente ha permanecido oculta durante el invierno, se descubre ahora ante la invitación del aumento de la temperatura ambiente. Una nueva situación que exige nuevos cuidados.
La hidratación y la protección solar resultan especialmente importantes en primavera. La piel está ahora expuesta directamente al impacto de los rayos solares y es necesario cuidarla con las cremas fotoprotectoras adecuadas. Y también resulta muy conveniente la exfoliación cutánea, una o dos veces por semana,
El aumento de las temperaturas en primavera es una oportunidad para la práctica del ejercicio al aire libre, para compensar el sedentarismo, tan nocivo como frecuente en invierno. Esta vida cotidiana más saludable contribuirá a reducir el estrés, uno de los factores que, junto a algunos hábitos nocivos,( como la comida basura o el consumo de alcohol y tabaco), contribuyen, de forma notable, al envejecimiento prematuro de la piel.
Si se quiere proteger adecuadamente la piel, resulta imprescindible establecer una estrategia que garantice la eficacia de los cuidados. Estrategia que únicamente puede ser diseñada por el dermatólogo, ya que cada tipo de piel requiere de un tratamiento diferente. Actuar al margen del especialista, siguiendo el consejo de personas sin la suficiente formación, suele tener consecuencias desastrosas y acaba pagándose muy caro.