II Jornada ‘La Piel del Deportista’ | Palma 2018
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6 agosto, 2018Es sabido que el deporte (siempre que sea adecuado a las características de quien lo practica) resulta beneficioso para la salud.
Pero tal circunstancia no exime de la necesidad de adoptar algunas precauciones, para evitar repercusiones negativas sobre la piel.
Porque, al igual que ocurre con algunos medicamentos, algunos deportes implican efectos secundarios que deben ser tenidos en cuenta para mejorar el resultado global y seleccionar la práctica más conveniente.
En ningún caso, estos posibles efectos colaterales deben ser utilizados como excusa para no realizar un ejercicio físico adecuado, que es algo muy beneficioso para la salud.
Estas recomendaciones resultan particularmente oportunas cuando la llegada del buen tiempo incentiva la práctica de deportes al aire libre.
Además de realizar un esfuerzo adecuado a la edad y a las características físicas del deportista, también hay que ser muy riguroso con la hidratación de la piel y con su protección frente a las radiaciones solares.
Lógicamente, las repercusiones sobre la piel están relacionadas con las características del deporte elegido.
- Así, las callosidades en pies y manos son frecuentes entre los pelotaris tenistas, gimnastas y jugadores de golf y pádel.
- Son frecuentes las ampollas traumáticas entre montañeros, corredores, tenistas y esquiadores.
- Patologías específicas como el talón negro (de amplia incidencia entre los jugadores de fútbol, baloncesto, tenis y squash), el pezón del corredor (frecuente entre quienes practican footing y deportes aeróbicos), el hematoma subungueal (que llega a la categoría de crónico entre gimnastas y tenistas) y el nódulo de los surfistas (fibrosis reactiva entre la dermis y el tejido subcutáneo provocada por la inclusión de pequeñas partículas de arena que quedan adheridas a la tabla de surf).
- A todo ello deben añadirse una variada gama de afecciones causadas por hongos y procesos dermatológicos frecuentes en deportistas, como la urticaria solar, quemaduras, sudaminas o eczemas microbianos.
Pero ello no debe apartarnos de la práctica deportiva, sino orientarnos hacia la consulta dermatólogo, para seleccionar el deporte más adecuado, así como la prevención o, en su caso, el tratamiento más efectivo de las patologías que se originen.