Coronavirus: consideraciones del lavado y cuidado de manos
13 marzo, 2020Iniciativas solidarias de la dermatología en tiempos del coronavirus
16 marzo, 2020La infección por coronavirus se ha extendido por más de 100 países y ha afectado a más de 100.000 personas en todo el mundo. España es uno de los países donde este virus está contagiando a la población. Desde la Fundación Piel Sana de la AEDV, además de ofrecer el consejo de los dermatólogos sobre cómo deben seguir tratándose algunas personas con enfermedades dermatológicas, ofrecemos un resumen de lo que la evidencia científica dice en estos momentos sobre esta infección.
El coronavirus, llamado síndrome respiratorio agudo y grave coronavirus 2 o SARS-CoV-2, pertenece a la familia de virus que generalmente produce resfriados. Sin embargo, tres tipos de estos virus han sido capaces de producir brotes graves vinculados a neumonía y fallecimientos, como fue el MERS-CoV, el SARS-CoV y ahora el SARS-CoV-2, con un nombre muy similar al anterior porque los síntomas que genera son muy similares a este.
La enfermedad que provoca este virus se denomina enfermedad por coronavirus o COVID-19.
¿Por qué hay tanta alarma con este virus?
Hay dos respuestas rápidas a esta pregunta: la primera es el desconocimiento que hay todavía sobre este virus. La segunda, su fuerte expansión y su tasa de mortalidad, mayor que la de la gripe común.
Como este es un virus nuevo, surgido en China a finales de diciembre, no hay inmunidad frente a él, por tanto, todos somos susceptibles a infectarnos y transmitirlo a otras personas, es decir, el 100% de la población podría contagiarse, aunque se estima que sólo el 20-25% tendrá síntomas. Según las cifras actuales, son ya más de 160.000 las personas contagiadas con este virus.
Aunque la mayoría de los casos manifiestan síntomas leves, la Organización Mundial de la Salud estima que el 3,4% de los afectados muere, aunque esta tasa varía según la localización. La gripe común mata a mucho menos de un 1%. Se estima que, cada año en todo el mundo, las muertes por gripe estacional oscilan entre las 290.000 y 650.000. Según datos actuales, la cifra de decesos por coronavirus desde el inicio de la infección supera los 5.000.
Si tenemos en cuenta que la gripe anual, mucho menos contagiosa, genera que el sistema sanitario esté en niveles máximos de saturación, se espera que esta pandemia ponga en jaque a nuestros hospitales. Para evitar situaciones dramáticas, el Gobierno ha decidido que la sanidad privada esté bajo el mando de las Comunidades Autónomas para poder disponer de más espacios, materiales y equipos sanitarios.
¿Cómo distinguir esta infección de otras similares?
Los pacientes con COVID-19 tienen, frecuentemente, tos seca y, a veces, dificultad para respirar. La gran mayoría tiene fiebre. En algunos casos, se desarrolla una neumonía.
Otras enfermedades respiratorias, originadas por rinovirus, enterovirus u otros virus, no generan siempre fiebre, y dan lugar a producción de mocos.
El problema de este coronavirus es que penetra mucho más profundo en las vías respiratorias, atacando las células de los pulmones y cuando estas mueren llena la vía respiratoria de fluido mientras el virus se sigue multiplicando. Esto hace que el sistema inmunológico reaccione intentando reparar los tejidos. A veces esa reacción es desmesurada y esto genera daño tanto al virus como las células sanas, dando lugar a fallo respiratorio y daño en otros órganos, dando lugar al fracaso multiorgánico.
¿Cómo me puedo proteger y proteger a los demás?
Como su transmisión es por vía aérea, la medida más efectiva es el aislamiento, sobre todo cuando se ha estado en contacto con una persona afectada, y en el caso de que se tenga que ir a trabajar o salir a la calle se recomienda mantener una distancia de metro y medio o dos metros de una persona a otra.
Las medidas de aislamiento son recomendables para toda la población cuando la tasa de contagio es alta. El motivo es que el periodo de incubación (el tiempo que pasa desde que se está expuesto al virus hasta que se desarrollan los síntomas) oscila entre los dos y los 14 días. Así que es posible que una persona esté dos semanas sin síntomas y con posibilidad de transmitir la infección antes de que empiece a ser consciente de que está enfermo. De hecho, según un estudio reciente , entre la mitad y los dos tercios de los contagios se producen durante el periodo de incubación.
Si tengo coronavirus, ¿durante cuánto tiempo puedo contagiar a otra persona?
No existe consenso sobre este aspecto. Un estudio publicado en la revista The Lancet muestra que 20 días después persistía la detección de material vírico en los afectados, habiéndose observado detección incluso 37 días después. Otros estudios sugieren que el periodo de contagio podría durar hasta 29 días. Médicos en China detectaron material vírico en muestras respiratorias de supervivientes 20 días después de que hubieran estado infectados. Estos facultativos estudiaron los registros médicos y datos de laboratorio de 191 pacientes con COVID-19 de dos hospitales de Wuhan.
No obstante, la recomendación actual es mantener un periodo de aislamiento durante 14 días, aunque si las personas permanecen aisladas hasta que sus síntomas hayan desaparecido completamente, será menos probable que propaguen el virus.
¿Qué tratamientos hay?
La infección COVID-19 esta causada por un virus, por lo que los antibióticos no curan esta infección. Hay en marcha varios ensayos clínicos con medicamentos occidentales y orientales de los que todavía no hay datos disponibles.
Investigadores del Hospital Germans Trias i Pujol acaban de recibir el visto bueno de la Agencia Española del Medicamento para iniciar un ensayo clínico, dirigido por el Dr. Oriol Mitjà, que valorará la eficacia de administrar un antiviral a personas con infección leve de COVID-19 para reducir así su carga viral y con ello su capacidad de transmisión y, al mismo tiempo, tratar a sus contactos cercanos con un antimicrobiano que los protege contra el virus.
Tampoco hay vacunas frente a esta infección, pero sí están realizándose ensayos clínicos para poner a prueba alguna vacuna o medicamentos para prevenir la infección.