Un proyecto para controlar la epidemia de sarna en Malawi
15 enero, 2019Cuidar las manos
18 febrero, 2019Una vez recuperada la normalidad, tras el paréntesis de las fiestas navideñas, vuelven las rutinas, que marcan el desarrollo cotidiano de la vida. Por eso es tan importante que este comportamiento, repetido día a día, sea beneficioso para la salud y no la perjudique.
Como la experiencia demuestra que el hombre es un animal de costumbres, las rutinas son determinantes para hacer que se camine en una u otra dirección.
Y las sucesivas repeticiones provocarán que estos caminos se distancien cada vez más, de forma que los hábitos perjudiciales vendrán a favorecer la enfermedad y la muerte, mientras que los saludables incentivarán la calidad de vida y su prolongación en el tiempo.
El dermatólogo es el profesional específicamente capacitado para incardinar las rutinas cotidianas en la estrategia adecuada para conservar y mejorar el estado de la piel.
Como norma general, resulta muy aconsejable la hidratación y tonificación diaria con productos adecuados a las características de cada piel.
La fotoprotección en días soleados, sobre todo si se va a la nieve.
Es una buena época para tratamiento antienvejecimiento con técnicas de peeling, toxina botulínica, láser, etc.
Todo ello en el marco de una vida sana, donde la alimentación y la práctica deportiva juegan un papel muy importante.
También la eliminación de hábitos que se han revelado como absolutamente nocivos, tales como el alcohol y el tabaco.
Debe tenerse muy en cuenta que la piel, como órgano más visible y extenso del cuerpo, constituye el espejo de nuestra salud.
Por eso es importante poner en conocimiento del dermatólogo, a la mayor rapidez, cualquier mancha sospechosa o alteración que observemos, sin caer en la tentación de automedicarse o de seguir los consejos de un amigo, frecuentemente tan bienintencionados como perjudiciales.
Además de proteger nuestra salud, el cuidado de la piel nos proporciona una mejora estética, tan importante en la sociedad actual.
Por eso, la consulta periódica al dermatólogo constituye, en la práctica, una de las inversiones más rentables a nuestro alcance.