La formulación magistral ¿tratamiento más personalizado para el paciente?
3 agosto, 2016Comunicarse con las asociaciones de pacientes
4 agosto, 2016Las Fórmulas Magistrales son el grupo de medicamentos sobre los que existe una menor regulación. La escasa intervención de las autoridades sanitarias en este campo da pie a una gran libertad para la prescricpión y elaboración de las mismas. Esta situación, implica que toda la responsabilidad sobre la prescripción y el uso racionales de estos medicamentos queda depositada en los profesionales sanitarios que estamos implicados (dermatólogos y farmacéuticos).
Por otra parte, no hay que olvidar que la producción industrial de las especialidades farmacéuticas permite obtener medicamentos con una mejor relación coste-beneficio que la formulación magistral.
En la medicina pública, muchas fórmulas magistrales no están cubiertas por la seguridad social, bien por el principio activo o por el excipiente concreto que queramos utilizar.
En la medicina privada, en muchas ocasiones la fórmula acaba teniendo muy elevado debido a que puede no ser la propia farmacia que recibe la receta la que lo prepare. Además la venta de este tipo de fórmulas siempre es libre y podemos encontrarnos con importantes diferencias de precio entre farmacias de una misma ciudad.
La formulación magistral requiere tener una experiencia suficiente, ello implica la elaboración de un gran volumen de fórmulas, además de estar familiarizado con todos los principios activos y excipientes. Por otro lado, se requiere disponer de farmacias que cuenten con la infraestructura necesaria, y este hecho hace que la formulación magistral quede limitada en muchas ocasiones a las grandes ciudades.
Pero de no ser así puede ser que la fórmula no sea efectiva, que tenga un elevado precio o en el peor de los casos, que obtengamos un efecto adverso no deseado.
El uso de la formulación magistral en mi opinión, debería limitarse a enfermedades raras que no tengan una buena cobertura terapéutica por parte de la industria farmacéutica; a aquellos casos que requieran la modificación de un excipiente determinado para adoptar el medicamento a un contexto clínico concreto; o bien en el tratamiento de diferentes dermatosis que se solapan en un mismo individuo y que sí requieren a menudo el uso de varios principios activos concretos.
Publicado en Dermactual de la AEDV.