La historia de nuestro Museo Olavide
2 febrero, 2016La historia de nuestro Museo Olavide
2 febrero, 2016El recién estrenado 2016 puede constituir una excelente ocasión para ir mejorando nuestro nivel dermatológico a lo largo del año. Para ello, basta con aplicar unas pocas medidas, tan fáciles de cumplir como beneficiosas para el cuidado de la piel.
Podemos comenzar el año encomendando a nuestro dermatólogo una revisión de los lunares, tanto los propios como los de nuestro entorno familiar y programar un control periódico. De esta forma tan sencilla, contribuiremos a implantar una concienciación que resultará muy beneficiosa para todos, no sólo en el presente sino también para el futuro.
En segundo lugar, debemos evitar que el regreso a las preocupaciones laborales, tras las vacaciones, y el tráfago cotidiano nos hagan descuidar la necesaria hidratación, tanto la propia como la de la familia, especialmente si hay niños. Es una forma práctica y segura para prevenir los incómodos eczemas. Y atentos también a ese incipiente acné entre los adolescentes de la familia.
Este va a ser un buen año para renunciar definitivamente a la automedicación o al consejo del amigo, por muy de confianza que éste sea. Esa confianza hay que depositarla en el dermatólogo para consultar cuáles son los productos (cremas, champús, etc.) que mejor se adaptan a nuestra piel y le proporcionan un mejor cuidado.
La visita al especialista resultará sumamente útil para fijar la mejor estrategia en la relación con el sol, que puede ser tan buen amigo como implacable enemigo para nuestra piel. Contra lo que generalmente se cree, esa estrategia de protección solar debe aplicarse durante todo el año, no sólo en las playas durante el periodo estival.
Todos estos sencillos cuidados van a ser muy agradecidos por nuestra piel, un órgano con memoria de elefante que guarda recuerdo de todos los cuidados y descuidos que le proporcionamos a lo largo de nuestra vida.