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3 febrero, 2016El Museo Olavide, fundado por el ilustre dermatólogo D. José Eugenio Olavide a finales del siglo XIX, comenzó su andadura en 1882. A partir de ese momento su historia ha estado llena de toda clase de vicisitudes que llevaron lentamente a su desaparición en los años 1966-67, al derribarse el Hospital de San Juan de Dios, situado en la calle Dr. Esquerdo, donde estuvo ubicado en sus últimos años.
El nombre de Museo Olavide no se dio hasta 1901 al morir Olavide, pero según datos periodísticos, el 26 de Diciembre de 1882 se inauguró el Museo del Hospital de San Juan de Dios con el nombre era “Museo Anatomo-patológico-cromo-litográfico y microscópico del Hospital San Juan de Dios”, que en citas de los periódicos El Día (26 de Diciembre 1882) y La Época (28 de Diciembre 1882) se indica la existencia de 760 preparaciones de histología-micrografía realizadas por Olavide, Pérez Ortiz, López García y especialmente por el afamado Antonio Mendoza asi como una magnífica colección del Dr. Olavide consistente en un Atlas con 299 láminas y además 132 figuras de cera realizadas por el escultor anatómico Enrique Zofio, de las que destacaba una estatua yacente de una niña de 10 años afectada de una tiña favosa.
El conocimiento internacional del Museo se produce en 1889, cuando noventa figuras, todas ellas realizadas por Enrique Zofío, son trasladadas a París para el I Congreso Internacional de Dermatología por los Dres. José Olavide (padre e hijo), Eusebio Castelo y Fernando Castelo. Las figuras fueron elogiadas por personalidades como Kaposi, Boeck y Morris, destacando el color de las mismas con un tinte distinto según la profesión o el tipo de enfermedad, que contrastaban con el tinte casi uniforme de las figuras del Hospital de San Luis realizadas por el famosos Baretta.
Las figuras de este Museo están realizadas mayoritariamente por el escultor anatómico Enrique Zofio ( 1915) que pertenecía al Hospital Militar donde realizaba figuras anatómicas juntos a Fernández Losada y es curioso que conocemos toda su vida laboral y su adscripción a la carrera militar y no encontramos ningún documento oficial que lo una al Hospital de San Juan de Dios.
Resulta curioso que todas las figuras realizadas por Zofío estaban numeradas y contaban con una historia clínica, historia muy completa y descriptiva en la que además de los datos del enfermo ( Nombre, edad, procedencia, profesión, etc.) había una historia muy detallada, con una exploración minuciosa y con el tratamiento realizado y su evolución hasta el alta o defunción
Posteriormente a la muerte de Zofio (1915) los otros escultores Barta y López Álvarez realizan escasas figuras que ya carecen de numeración y de historia clínica, lo cual nos complica su catalogación. La importancia de estas figuras es que eran empleadas por todos los museos para la enseñanza y se sabe que Juan de Azúa (1859-1922), que fue el primer catedrático de Dermatología de España, dictó ante estas figuras su última lección en la mañana del día que falleció, víctima de una hemorragia cerebral (5 de mayo de 1922).
Este fallecimiento de Azua y el anterior de Enrique Zofio (1915) verdadero creador de figuras, hace que el museo comience su declive acentuado con la aparición de la fotografía en color y medios audiovisuales que se imponen en la enseñanza y divulgación, esto coincide con un abandono con una ligera recuperación durante la guerra civil en la que fue mostrado a los soldados de reemplazo como muestra de los horrores de las enfermedades venéreas y de los estragos de la sífilis.
A partir de esta fecha y hasta su cierre en 1966 los únicos datos que tenemos son que José Barta, y posteriormente Rafael López Álvarez, siguen realizando figuras de forma individual o firmadas por ambos enfermedades venéreas.
Después de muchas investigaciones y diversas búsquedas el 27 de Diciembre del 2005 se encontró el grueso de la colección en unos almacenes del Hospital de Niño Jesús en condiciones no muy favorables para su conservación. Se encontraron 120 cajas de madera de tamaño variables, algunas de ellas de altura superior a 1,80 metros y que su contenido era variable de 3 a 6 figuras, también en algunas cajas había abundante información, documentación y objetos del Museo antiguo.
A partir de esta fecha el Museo los restauradores Amaya Maruri y David Aranda han emprendido la ardua tarea de recuperación de las figuras emprendiendo una etapa de divulgación entre los dermatólogos, médicos, entidades culturales, y medios de comunicación con la realización de exposiciones nacionales e Internacionales ( Madrid, Granada, Murcia, Barcelona, Londres) y publicación de numerosos artículos científicos , dos Tesis doctorales y un libro “Piel de Cera” en el que se describe tanto el Museo y sus figuras como los autores y Dermatólogos que participaron.
En la actualidad el Museo consta de 662 figuras de cera de las 450 están restauradas, asi mismo existen 66 vaciados de yeso de las figuras del museo, además de abundante documentación junto con libros, cuadros y retratos de Dermatólogos de la Época.
El Museo tiene convenios con entidades museísticas y culturales siendo de destacar el convenio con la Universidad Complutense de Madrid (U.C.M.) para integrarse en el plan museístico de dicha universidad.