Nevus melanocítico congénito
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2 febrero, 2016Seguramente, el tiempo es el factor más influyente, a nivel práctico, en los tratamientos de dermatología. Así, un buen número de pacientes buscan soluciones rápidas (a veces, incluso inmediatas), lo que favorece que estas personas se acojan a las recetas, supuestamente milagrosas, publicitadas por desaprensivos carentes de la adecuada preparación científica.
También el tiempo suele condicionar muy negativamente la imprescindible paciencia y disciplina para seguir escrupulosamente las prescripciones del dermatólogo en tratamientos de dermatología que, por la naturaleza de las afecciones, han de ser necesariamente largos y constantes para resultar eficaces.
Dermatología: retraso en el inicio del tratamiento
Hay también una faceta del tiempo a la que muy raramente se presta la debida atención. Se trata del retraso en la aplicación de los tratamientos adecuados (semanas, meses o incluso años). Esta demora viene a estar motivada por la asunción de recetas, a veces tan inofensivas como un placebo y, otras, abiertamente perjudiciales. Este es un problema bastante habitual en las consultas de los dermatólogos.
El tiempo es también, en muchas ocasiones, determinante para el éxito terapéutico.
Muchas de las afecciones de la piel provocan o, cuando menos incentivan, alteraciones psicológicas. Estos pacientes agradecen mucho la comprensión del dermatólogo. La traducción, a nivel práctico, de esta beneficiosa comprensión, es el tiempo dedicado en la consulta a escuchar, afectuosamente, sus problemas.
Muchos de los males de esta época que nos ha tocado vivir proceden de la prisa que impide la reflexión.
Y esto, naturalmente, precisa de tiempo. Ese largo tiempo invertido también fructíferamente, en la formación como especialistas en el cuidado de la piel. Algo que, desde luego, no puede ser suplantado por improvisaciones falsamente milagrosas.