Iniciativas solidarias de la dermatología en tiempos del coronavirus
16 marzo, 2020Qué es una piel bella
17 marzo, 2020La piel es el órgano más extenso del cuerpo humano.
Actúa como frontera con el mundo exterior, circunstancia que la hace especialmente vulnerable, al verse enfrentada a una muy variada gama de agresores.
Además, constituye, al ser la parte más visible, una influencia decisiva en la imagen que los demás tienen de nosotros, algo valorado muy especialmente en la sociedad actual.
Todos estos motivos deberían bastar para justificar una preocupación continuada por el cuidado de la piel.
Sin embargo, la realidad es, por desgracia, muy distinta. Son todavía pocas las personas que han integrado la visita periódica al dermatólogo como medida, muy conveniente, de prevención y mantenimiento.
Lo normal es acudir al especialista cuando se ha producido un problema, en ocasiones ya en una fase bastante avanzada.
Y aún persiste la nociva costumbre de acudir al consejo de un amigo o a los tratamientos o productos supuestamente milagrosos, que contribuyen al agravamiento de la afección.
La dermatología no ha conseguido todavía popularizar la necesaria revisión periódica, como han hecho otras especialidades médicas.
Y ello, a pesar de que la piel, dadas sus características, exige atenciones muy superiores.
La hidratación, por ejemplo, es una necesidad permanente, como la utilización de productos adecuados en la higiene diaria o la protección frente a agresiones dermatológicas en tareas cotidianas.
Resulta curiosa la proliferación de asesores por cuestiones estéticas, mientras se descuida algo mucho más necesario, como es garantizar la salud de nuestra piel.
Pocas inversiones tan rentables como la visita periódica al dermatólogo.
La piel es un órgano en riesgo constante y el consejo del especialista le ahorrará muchos disgustos.