El creciente protagonismo de la Dermatología
27 mayo, 2022La convivencia con una persona con psoriasis
27 octubre, 2022Una de las dificultades que el cuidado de la piel se está viendo obligado a superar reside en la necesidad de saber adaptarse a los cambios que se vienen produciendo en los últimos años respecto a los patrones que se venían respetando y a los que ya nos habíamos acostumbrado. Estos cambios han sido provocados, fundamentalmente, por la pandemia del covid-19 y los efectos del cambio climático. Ambas circunstancias han sido capaces de alterar sustancialmente nuestro comportamiento y el cuidado de nuestra piel no puede mantenerse al margen de esas alteraciones.
Ahora mismo acabamos de estrenar el otoño y las bruscas oscilaciones climatológicas de las que viene precedido, así como la prolongación de unas temperaturas inusualmente elevadas para esta época del año, cuestionan notablemente la oportunidad y eficacia de las medidas tradicionales para el cuidado de la piel. En este tiempo, lo que venía aconsejándose es una estrategia de protección de la piel frente al frío, cuya aplicación, a la vista de las circunstancias, debe retrasarse. Es posible que suframos una dinámica de cambios bruscos de temperatura, que cada vez parece más frecuente y que obliga a una vigilancia intensiva para adaptarse a estas molestas alteraciones.
Por otra parte, las alternancias entre el confinamiento y las salidas al exterior, en función de la mayor o menor agresividad del covid-19, también han supuesto un trastorno para un equilibrio que beneficia a nuestra piel. El órgano más extenso de nuestro cuerpo es particularmente sensible a unas agresiones que proceden, tanto de las alteraciones externas, como de la ruptura del equilibrio emocional. No debemos olvidar que la piel guarda memoria exacta de todo lo sufrido a lo largo de nuestra vida y que registra estos impactos negativos, bien en forma de lesiones puntuales o como una aceleración del proceso de envejecimiento.
La adaptación será particularmente efectiva, si se va aplicando siguiendo las directrices del dermatólogo. Es en estas circunstancias cuando el consejo del especialista resulta especialmente beneficioso.