La dermatología cosmética
11 octubre, 2016¿Qué es la canicie prematura?
11 octubre, 2016Cada vez son más los dermatólogos que realizan asiduamente en sus consultas procedimientos estéticos.
Es interesante por ello conocer exactamente si dichos procedimientos tienen o no una repercusión positiva en la calidad de vida de nuestros pacientes como pueda tenerlo el tratar adecuadamente por ejemplo un paciente con psoriasis.
El envejecimiento facial se debe a factores intrínsecos y extrínsecos y se manifiesta por cambios en las estructuras óseas y de partes blandas como destacando la reducción y caída de los compartimentos grasos, cambios gravitacionales, exceso de flaccidez así como cambios superficiales cutáneos como alteraciones en pigmentación, vascularización, cambios en el grosor córneo, etc. Dado que dichos cambios son visibles, la persona percibe el paso del tiempo y puede resultar en un estímulo negativo que en ciertas circunstancias y personalidades pueda repercutir negativamente en la calidad de vida de las personas. Uno de los cambios más importantes en el manejo del envejecimiento es su abordaje tridimensional, que puede realizarse mediante la combinación de diferentes tratamientos como la toxina botulínica y el ácido hialurónico.
Pues bien, se ha publicado recientemente un estudio realizado por de Aquino et al1 precisamente con el objetivo de ver la repercusión en la calidad de vida de los procedimientos mínimamente invasivos más comúnmente reclamados por los pacientes para rejuvenecimiento (relleno con ácido hialurónico y toxina botulínica). Los pacientes fueron seguidos durante 6 meses tras la realización de dichos tratamientos. Se evaluó su calidad de vida mediante el cuestionario DLQI y la autoestima mediante la escala de Rosenberg así como una escala de dolor.
La escala de calidad de vida en dermatología (DLQI) es una herramienta que nos permite establecer mediante 10 sencillas preguntas sobre síntomas, sentimientos, actividades diarias, ocio, trabajo, estudio, relaciones personales y tratamiento. Las respuestas puntúan de 0-3, siendo 0: sin interferencia y 3 comprometiendo totalmente. El cuestionario se pasó basalmente, a los 3 y a los 6 meses del tratamiento.
Además se utilizó una escala de dolor de 0-10, siendo 0 ausencia de dolor y 10 dolor insoportable.
La escala de autoestima de Rosenberg contiene 10 items cuyos contenidos se centran en los sentimientos de aceptación y respeto a si mismo/a. Cada ítem puntúa de 1-4, siendo 1 muy de acuerdo y 4 totalmente en desacuerdo. La puntuación total oscila de 10 a 40 puntos. Se invierten las puntuaciones de los ítems enunciados negativamente (3,5,8,9,10). A mayor puntuación peor autoestima.
Este estudio al que hago referencia era un ensayo clínico prospectivo, abierto donde se incluyeron 40 mujeres adultas (entre 32 y 65 años) voluntarias que habían recibido tratamiento con ácido hialurónico (AH) y TB y se hizo un seguimiento de 6 meses. Todas ellas habían recibido inyecciones de AH (24 mg/ml gel con y sin lidocaína en cada lado aleatoriamente) en el surco nasolabial (de 0,5 -1,5ml en total)e inyecciones de TB en el tercio superior facial siguiendo los criterios de Carruthers2y del consenso internacional.3
– En glabela: 10–30 unidades
– En la frente: 6-15 unidades
– En región periorbitaria lateral: 10-30 unidades
No encontraron relación entre la edad, educación o tratamientos previos sobre la autoestima en el momento basal. En el momento basal según la escala de Rosenberg la autoestima media fue alta tras el tratamiento ( 8,3 ) pero fue disminuyendo tras el primer mes (4,5) y siguió descendiendo hasta que a los 6 meses volvió a aumentar (empeorar) pero sin alcanzar nunca el nivel original.
Respecto a la DLQI hubo una reducción significativa de la puntuación en el primer mes, indicando mejoría que se mantuvo estable los siguientes 2 meses. Del tercer al 6º mes se objetivó una elevación en la DLQI pero sin retornar a los niveles basales.
Según la escala para valoración del dolor la media fue menor en aquellos que recibieron el AH mezclado con anestesia frente a los que lo recibieron sin anestesia. Además se encontró mayor satisfacción cuando se trataban areas específicas de la cara.
Se obtuvo por tanto una mejoría en la calidad de vida y en la autoestima en los primeros 3 meses tras la realización de los procedimientos estéticos, que posteriormente disminuyó en los siguientes 3 meses pero sin llegar nunca a los niveles basales pretratamiento. Estos resultados concuerdan con objetivo de la dermatología estética, que es hacer sentirse al paciente más atractivo y satisfecho con su aspecto mediante la obtención de un rostro más rejuvenecido, balanceado y armónico. Ya Dayan et al.3 demostraron un aumento en la autoestima de los pacientes tras el uso de toxina botulínica (TB). También apoyan los datos publicados por Carruthers.5
Con este estudio además se confirma que se mejora también la calidad de vida no sólo en el momento inmediato del tratamiento sino hasta 6 meses después. Refuta así la idea que algunos médicos pudieran tener sobre la frivolidad y falta de utilidad de este tipo de tratamientos cosméticos. Es un estudio interesante por aportar datos objetivos sobre lo que todos sabíamos, que los tratamientos estéticos minimamente invasivos repercuten positivamente en la autoestima y calidad de vida de los pacientes. Esta mejoría es mayor en los primeros 3 meses tras el tratamiento pero permanece incluso durante 6 meses tras el tratamiento.
Bibliografía
- De Aquino MS. Haddad A, Ferreira LM. Assessment of Quality of Life in Patients Who Underwent Minimally Invasive Cosmetic Procedures Aesth Plast Surg (2013) 37:497–503
- Carruthers J, Fagien S, Matarasso SL, Botox Consensus Group (2004) Consensus recommendations on the use of botulinum toxin type A in facial aesthetics. Plast Reconstr Surg 114(Suppl 6):1S–22S
- Ascher B, Talarico S, Cassuto D, Hexsel D, Jaen P, Monheit GD, Rzany B, Viel M (2010) International consensus recommendations on the aesthetic usage of botulinum toxin type A (Speywood Unit)—part I: upper facial wrinkles. J Eur Acad Dermatol Venerol 24:1278–1284
- Dayan S, Arkins J, Patel A, Gal TA (2010) Double-blind randomized, placebo-controlled health-outcomes survey of the effect of botulinum toxin type A injections on quality of life and selfesteem. Dermatol Surg 36:2088–2097
- Carruthers J, Carruthers A, Monheit GD (2010) Multicenter, randomized parallel group study of on a botulinum toxin A and hyaluronic acid dermal fillers (24-mg/mL smooth, cohesive gel) alone and in combination for lower facial rejuvenation: satisfaction and patient-reported outcomes. Dermatol Surg 36(Suppl 4):2121–2134