Gran afluencia y participación en el stand de la Fundación Piel Sana durante ‘La Noche Europea de los Investigadores’
30 septiembre, 2024No te pierdas la charla-taller: Recetas para una piel sana en Alicante con Martín Berasategui
16 octubre, 2024Los sabios de la época romana intuyeron ya que la salud estaba íntimamente relacionada con una coordinación entre el buen estado de la mente y el del cuerpo. Y , en lógica correspondencia, la enfermedad solía aparecer , con mayor o menor intensidad, cuando este equilibrio se rompía. De forma que el daño en uno de estos dos ámbitos, venía a reflejarse, como en un espejo, paralelamente en el otro. A la mente sana en un cuerpo sano sucedía entonces la enfermedad en ambos.
Este concepto aparece nítidamente reflejado en la piel, que es el órgano más extenso del cuerpo humano. Cuando uno de los trastornos más frecuentes, el estrés, inunda la mente con sus desasosiegos, esta circunstancia acarrea que la piel debilite sus defensas inmunológicas , lo que favorece que se desencadenen erupciones, urticaria o enrojecimientos, como primeros y significativos avisos.
Pero los efectos del estrés van, frecuentemente, bastante más lejos. La ruptura del equilibrio favorece que las afecciones inflamatorias, como el eczema, la psoriasis o la rosácea acentúen sus impactos. En una sociedad donde la imagen es muy importante, el estrés puede ocasionar en la piel, el órgano más visible, , hiperpigmentación, sequedad, ojeras por el insomnio o manchas diversas que dañan la estética. Patologías generalmente banales, desde el punto de vista clínico, pero que pueden tener una imbricación social o psicológica que las hace, en la práctica, mucho más graves.
Por otra parte, la liberación de las hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina, por parte del sistema nervioso simpático, incentivan una mayor producción de sebo en las glándulas de la piel. Esta circunstancia puede provocar la obstrucción de poros y los correspondientes brotes de acné.
El estrés empieza a ser considerado como una verdadera plaga del la sociedad actual y su tratamiento requiere de una actuación interdisciplinaria, donde la actuación del dermatólogo juega un papel fundamental.