Alopecia femenina: una afección en alza
12 abril, 2022Escanea tu piel para prevenir el cáncer de piel
4 mayo, 2022Empiezan ahora a aflorar los numerosos efectos colaterales que provocó el obligado confinamiento para controlar la propagación del Covid-19. Uno de ellos ha sido el aumento de las dificultades para relacionarse socialmente y, consiguientemente, para expresar correctamente sentimientos y problemas. Tal circunstancia ha realzado la importancia de una buena comunicación, especialmente entre médicos y pacientes.
En dermatología, donde la confianza entre médico y paciente, juega un papel clave, sobre todo en afecciones con una fuerte imbricación psicológica, estos déficits en comunicación pueden tener consecuencias muy graves.
En primer lugar, dañan la necesaria participación activa del paciente en aspectos clave, como la correcta descripción de su comportamiento en aspectos como la alimentación, la ingesta de alcohol, tabaco y otras drogas o el seguimiento de la terapia prescrita. También resulta importante para el dermatólogo conocer el alcance real de los efectos sociales y psicológicos de las afecciones en tratamiento, ya que pueden ser objeto de traslado a otras especialidades médicas. En ocasiones, estos impactos al margen de la mera clínica pueden tener consecuencias mucho más graves que la propia afección dermatológica.
Si, como se acepta generalmente, la información es poder, también lo es a la hora de una correcta prescripción terapéutica.
Es necesario ganarse la confianza del paciente en su médico, para que este no oculte datos, maquille sus respuestas, diga medias verdades o desconfíe de la eficacia de la medicación. La piel, como órgano más extenso del cuerpo humano, también acusa las preocupaciones y zozobras que torturan a la mente.
Hoy, más que nunca, resulta necesaria una dermatología integral, que incluya todos los aspectos que afectan al paciente, más allá de los estrictamente clínicos. Se trata, en definitiva, de ejercer esa hermosa tarea que constituye la esencia de la vocación del médico: ayudar a los semejantes para suprimir o aliviar su sufrimiento.