Hay que vigilar la piel
26 julio, 2018II Jornada ‘La Piel del Deportista’ | Palma 2018
2 agosto, 2018Durante muchos años se ha mantenido la errónea creencia de que el cuidado de la belleza corporal era patrimonio exclusivo de las mujeres. Hasta el punto de que algunos llegaron a aceptar como verdadera aquella barbaridad que proclamaba que “el hombre y el oso, cuanto más feos, más hermosos”. Un planteamiento que, al menos entre los humanos, está siendo arrumbado espectacularmente por los datos reales, si es que alguna vez llegó a sostenerse. Desde luego, nunca en el ámbito de quienes pensaban racionalmente.
El cuidado de la imagen en el hombre se está acelerando de forma impresionante. Según datos de la empresa The NPD Group, especializada en estudios de mercado, en 1990 sólo un 4% de los hombres reconocían utilizar un producto de belleza facial. Este porcentaje subía al 21% en 2001 y, en 2015, se situaba en el 50%, con una imparable tendencia al alza.
Atendiendo a la implicación económica de estos cambios, resulta significativo el dato de que, en el primer semestre de 2017, el mercado masculino de cosmética selectiva generó unos beneficios cifrados en 10 millones de euros, con un gasto medio de 36,64 euros en productos para el cuidado facial.
La tendencia al alza señalada constata fehacientemente que los gastos exigidos por la mejora de la imagen resisten muy bien el impacto de la crisis económica.
Está muy bien que los hombres se preocupen por conseguir una imagen más atractiva, lo que exige el cuidado de su piel, especialmente en las zonas más visibles y expuestas a la agresión de elementos del exterior. A los dermatólogos sólo nos cabe subrayar y recordar que toda belleza debe asentarse, inexorablemente, sobre una piel sana. Condición que únicamente puede garantizar el especialista formado en este ámbito.