¿Qué es el VIH?
2 octubre, 2017Tomar el pelo
17 octubre, 2017El cuidado de la piel no puede limitarse al alivio o eliminación de afecciones puntuales, sino que debe prestar atención a todos los factores que puedan influir, positiva o negativamente, sobre su salud.
Hay que tener en cuenta que, al tratarse del órgano más extenso del cuerpo humano y su frontera con el mundo exterior, el entorno adquiere una importancia crucial.
En la práctica, una piel sana viene a ser el resultado de un estilo de vida saludable, el balance de una tarea a largo plazo, en la que intervienen una variadísima gama de elementos, desde los integrantes de la dieta hasta los relacionados con el medioambiente.
Si, como tradicionalmente se asegura, “somos lo que comemos”, no podemos ignorar la importancia de la dieta para el cuidado de la piel.
La influencia de la alimentación sobre afecciones como la dermatitis atópica, el acné o la psoriasis constituye un interesante ámbito de estudio, sin olvidar las relaciones con el foto envejecimiento e, incluso, con el cáncer cutáneo.
Por otra parte, los impactos de hábitos muy poco saludables, como el alcoholismo o el tabaquismo sobre el deterioro o el envejecimiento prematuro de la piel están ya contrastados.
Conviene recordar, además, que las alergias alimentarias son responsables de nada menos que de un 20% de las urticarias agudas y de un 2% de las crónicas, según revelan las conclusiones de recientes estudios sobre el tema.
En cuanto a la influencia del medio ambiente, esta cuestión ha adquirido últimamente una especial relevancia debido al deterioro de la capa de ozono.
Las consecuencias del cambio climático sobre la salud abren también un apasionante cambio de estudio para los próximos años.
Mejorando el nivel de calidad de nuestro entorno inmediato, contribuiremos a la salud general de este atribulado planeta.