Los dermatólogos ponen el foco en las ‘lesiones internas’ de la psoriasis
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15 febrero, 2018Uno de los grandes retos a los que se enfrenta la especialidad dermatológica es la necesidad de implantar una visión general que prime el cuidado de la piel sana sobre la mera batalla (frecuentemente tardía y, por tanto, difícil de ganar) contra las enfermedades de la piel.
Las ventajas de esta estrategia preventiva son numerosas. En primer lugar, la piel sana dispone de un sistema de reparación que, potenciado por hábitos de vida saludables, es capaz de repeler o minorar las agresiones exteriores contra nuestra salud. En la práctica, se viene a conformar una especie de barrera mecánica, con propiedades defensivas inmunológicas, que convierte al órgano más extenso de nuestro cuerpo en un escudo eficaz frente al riesgo exterior.
Muchos pacientes han comprobado que su piel envía señales que son el aviso de enfermedades, en ocasiones graves. Entonces resulta ineludible acudir, cuanto antes, a la consulta del dermatólogo, ya que cualquier retraso (o atención inadecuada, a través del consejo de un amigo o del recurso a productos supuestamente milagrosos) puede resultar, incluso mortal. Pero hubiera sido mejor apoyar a nuestra piel sana cuando contaba con medios más poderosos para hacer frente a agresiones físicas, químicas o infecciosas.
Una visita regular al dermatólogo es seguro que hubiera ahorrado muchas preocupaciones y contribuido eficazmente a preservar nuestra salud.
Además, una piel sana es fundamental para mejorar la apariencia física, tan importante en esta sociedad que prima tanto a la imagen. También contribuye a mejorar la autoestima, fundamental para disfrutar del capital más importante, que es la vida.
Dice la sabiduría ancestral que más vale prevenir que curar. Una verdad que no debiéramos olvidar nunca a la hora de cuidar de nuestra piel.