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6 enero, 2015Un estudio dermatológico sugiere una relación entre el sistema nervioso y afecciones cutáneas como el acné, la psoriasis y la rosácea.
¿Puede influir el estado emocional en el estado de salud de la piel?
Es una pregunta compleja, ya que todo el mundo pasa por momentos de presión en su vida, lo que dificulta mucho relacionarlo con otras patologías.
El Dr. Richard Granstein, dermatólogo y profesor de su especialidad en la universidad de Cornell de Nueva York ha explicado a la revista American Academy of Dermatology algunas de sus conclusiones.
Según este experto, la influencia de estados de nerviosismo en condiciones de inflamación de la piel como la psoriasis es bien conocida. Cita como ejemplo un trabajo de un equipo japonés con ratones, mediante el cual estos animales tendían a desarrollar dermatitis atópica bajo condiciones de presión mientras otros animales de la misma muestra no lo hacían si no se les provocaba ese estado.
Muchas células humanas pueden producir un efecto parecido. Comenta el Dr. Granstein que las células inmunes y las endoteliales se regulan mediante neuropéptidos y neurotransmisores, que a su vez responden a estímulos de la piel. El estrés podría influir en una sobreproducción de estas células.
Cuando sucede esto puede suceder que el cuerpo reaccione alterando algunas de sus funciones como el control del flujo sanguíneo. Finalmente, esto puede llevar a una inflamación de la piel.
¿De qué tipo de afecciones cutáneas estamos hablando?
Desde luego, no de envejecimiento cutáneo, para lo que no hay evidencia científica. Pero sí de cáncer de piel, como se ha mostrado en estudios con ratones expuestos a radiación ultravioleta.
La cuestión es, ¿cómo prevenir estas dolencias, si su origen es emocional?
Quizá, apunta el dermatólogo, bloqueando alguno de los pasos entre el estímulo nervioso y la respuesta cutánea, sin que el organismo se vea afectado. Una meta ambiciosa, aunque Granstein es optimista. Según él, los conocimientos científicos sobre el funcionamiento mejoran día a día.
En todo caso, el Dr. Granstein recuerda que hay mucha investigación por delante para dictaminar la relación entre el sistema nervioso y el estrés y las afecciones inflamatorias de la piel. En este fenómeno concurren otros factores que se deben mencionar, como la herencia genética.
Si un paciente siente un cierto grado de estrés o ansiedad, indica el dermatólogo, es recomendable hacérselo saber al especialista para que lo tenga en cuenta de cara a su tratamiento.