Maria Gavrilova, Alejandro Martín-Gorgojo, Esperanza Jordá-Cuevas. Servicio de Dermatología, Hospital Clínico Universitario de Valencia.
El proceso de curación final de una herida.
La cicatrización de las heridas cutáneas es un fenómeno dinámico, complejo y ordenado, que comprende tres fases no claramente delimitadas que pueden superponerse: inflamatoria, proliferativa, y de remodelación. El proceso de cicatrización se altera cuando actúan distintos factores que repercuten en el desarrollo de la inflamación y remodelación tisular.
Son cicatrices de tamaño anormal que aparecen por acumulación de cantidades excesivas de colágeno (fibras que constituyen el “cemento” normal de la piel). Completamente benignas, pueden ser de dos tipos:
Aumentan de grosor y tamaño, sin rebasar los límites de la cicatriz original.
4.2. Cicatrices queloides
Aumentan de grosor y tamaño, rebasando los límites de la cicatriz original.
Se desconoce exactamente qué es lo que produce la forma ción de las cicatrices hipertróficas y queloides.
Aparecen en todo el mundo y en todos los tipos de piel, aunque existen determinados grupos étnicos que muestran una mayor predisposición (de hecho, cuanto más oscuramente este pigmentada la piel, mayor será el riesgo de formación de queloides). Tienden a desarrollarse durante y después de la pubertad, y son más raros en niños pequeños y en ancianos. La aparición de cicatrices hipertróficas y queloides puede deberse a traumatismos de la piel como procedimientos quirúrgicos, laceraciones, vacunaciones, infecciones, picaduras de insectos, quemaduras, colocación de piercings, tatuajes, o cualquier proceso que produzca inflamación de la piel, como el acné. Sin embargo, en algunos casos se ha descrito la aparición de queloides en personas sin traumatismo previo evidente.
Se desarrollan como lesiones rojas y sobreelevadas, que suelen ser dolorosas y pruriginosas, que con el tiempo pueden tornarse del color de la piel normal y hacerse más duras.
No existe un tratamiento completamente satisfactorio de los queloides y cicatrices hipertróficas. Se pueden emplear varias opciones:
La extirpación quirúrgica con frecuencia da recurrencia, pudiendo ser la cicatrización resultante de mayor tamaño que la lesión inicial. Sin embargo, los queloides son menos propensos a reaparecer si la eliminación quirúrgica es combinada con otros tratamientos aplicados durante o tras la cirugía.
Los apósitos húmedos de gel de silicona, poliuretano u otros materiales pueden contribuir a reducir la prominencia de los queloides a lo largo del tiempo. Es un tratamiento seguro e indoloro, que ha de ser empleado de forma sistemática durante los períodos de tiempo que le sean marcados para obtener resultados satisfactorios. Aunque el mecanismo de acción de la silicona todavía no está completamente dilucidado, se cree que la hidratación y la oclusión son los que producen su beneficio. La aplicación del parche de silicona debe iniciarse tan pronto como finalice la reepitelización de la herida, y se recomienda aplicarlo diariamente durante al menos 12 horas.
Es un método más frecuentemente usado en el tratamiento de cicatrices, que ha de ser aplicado por un médico. Consiste en la aplicación de series de inyecciones con acetónido de triamcinolona u otro corticoide, con la finalidad de reducir el tamaño del queloide y la sintomatología asociada, así como ablandar la lesión y en algunos casos aplanarla. Su efecto se basa en la inhibición de la respuesta inflamatoria, y secundariamente, la disminución de la síntesis de colágeno, inhibición del crecimiento de fibroblastos y favorece la reabsorción de las fibras de colágeno. Los efectos secundarios de este tipo de tratamiento son relativamente frecuentes. El efecto secundario más habitual es el dolor-molestias durante la inyección. No es infrecuente que puedan aparecer atrofia subcutánea, hipopigmentación o telangiectasias en las zonas tratadas.
En general, los láseres no reducen completamente la masa del queloide. Pueden ser eficaces en el tratamiento del enrojecimiento, telangiectasias o hiperpigmentaciones residuales. Para cada una de estas opciones de tratamiento, puede ser necesario un láser particular, con una longitud de onda y modo adaptados.
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