Sofía de la Corte Sánchez, Ana María Rodríguez Martín, Carmen Alcántara Reifs, Antonio Vélez García-Nieto. Servicio de Dermatología, Hospital Universitario Reina Sofía, Córdoba.
Son depresiones transversales que suelen aparecen en la parte central de la uña y que van desplazándose con el crecimiento de la misma.
Se producen sobre todo por traumatismos en la uña (como por ejemplo la manicura o tras “morderse” las uñas -onicotilomanía-), aunque también puede deberse a la existencia de inflamación crónica de la piel que rodea a la matriz ungueal. Si se afectan todas las uñas al mismo nivel suelen ser secundarias a quimioterapia o enfermedad sistémica.
Es el desprendimiento indoloro de la uña del pliegue ungueal proximal sin la existencia de inflamación.
Al igual que las líneas de Beau, su origen es traumático, aunque si afecta a varios dedos hay que sospechar una causa sistémica. Se puede producir también por quimioterapia, infecciones víricas (típica en niños pequeños tras la enfermedad boca-mano-pie, figura1), pénfigo vulgar o el escayolado de una fractura.
Es reversible cuando cesa el agente desencadenante o se resuelve la patología causal.
Son depresiones redondeadas que aparecen en la superficie de la uña y se desplazan con el crecimiento de la misma.
La presencia de estas depresiones en la uña son indicativas de la existencia de psoriasis, alopecia areata o eccema.
Son estrías y fisuras longitudinales que aparecen en la uña, paralelas a los bordes laterales de la misma. Suelen asociar un adelgazamiento de la uña.
Se produce como consecuencia de un daño difuso en la matriz ungueal por alteraciones en el aporte sanguíneo, traumatismos, tumores o enfermedades como el liquen plano. Las estrías leves son un signo muy frecuente del envejecimiento.
Consiste en la aparición de estrías longitudinales en la uña que producen rugosidad de la lámina, dando el aspecto de papel de lija.
Se produce como consecuencia de enfermedades como el liquen plano, la alopecia areata, el eccema o la psoriasis.
Consiste en la aparición de manchas blanquecinas en la uña. Existen 3 tipos:
Manchas en forma de puntos blanquecinos. Más frecuente en niños producida por traumatismos.
Líneas paralelas blancas. Más frecuente en mujeres tras traumatismos por manicura o por calzado
Cuando afecta a toda la uña. Poco frecuente, y en ocasiones hereditaria.
Es la coloración blanquecina de la uña, que a diferencia de la leuconiquia verdadera desaparece con la presión y no se desplaza con el crecimiento de la uña.
Se produce como consecuencia de enfermedades sistémicas (cirrosis, insuficiencia renal) o por quimioterapia
Son uñas cóncavas y finas, con parte central más deprimida y bordes laterales curvados hacia arriba, dando el aspecto de uña en cuchara.
Es fisiológico es niños. En adultos puede deberse a un déficit de hierro o por causas ocupacionales.
Es el despegamiento de la lámina ungueal distal de su lecho, adquiriendo un color blanquecino.
La causa más frecuente son los traumatismos, aunque también puede deberse a psoriasis y onicomicosis.
Son líneas finas longitudinales de color rojo oscuro, en la parte distal de la uña.
La causa más frecuente son los traumatismos, la psoriasis y la onicomicosis. También se producen en la endocarditis y otras enfermedades sistémicas.
Es una malformación frecuente en la que la uña del pulgar es más ancha y corta de lo habitual.
Suele ser hereditario, producido por una falange distal corta.
Consiste en la aparición de un surco longitudinal que divide a la uña en dos, en forma de abeto. Normalmente, el defecto se cura por sí solo, aunque puede ser recurrente.
Su etiología es desconocida, aunque en algunos casos se produce tras traumatismos o tras tratamiento con retinoides orales.
Consiste en la aparición de líneas longitudinales sobre las uñas. Suelen verse en individuos de piel oscura.
Entre sus causas están los nevus, lentigos, fármacos o traumatismos. Debe realizarse siempre diagnóstico diferencial con el melanoma ungueal.
Es un trastorno que afecta con frecuencia a personas mayores, en el que las uñas aparecen engrosadas, con una coloración amarillenta y curvadas en forma de cuerno de carnero.
Suele afectar a las uñas de los dedos gordos de los pies, donde se ve favorecido por los traumatismos crónicos, el deterioro de la circulación y de la inervación periférica.
Consiste en el desdoblamiento en capas horizontales del borde distal de la uña.
Se produce como consecuencia de la fragilidad producida por agentes irritantes, detergentes y exposición excesiva al agua. También se observa en los estados carenciales de hierro. Es más frecuente en mujeres.
El tratamiento consiste en evitar la exposición a las sustancias irritantes y suplementos con hierro si fueran necesarios.
Consiste en la inflamación y/o infección de los pliegues proximal y laterales de la uña. Los pliegues aparecen enrojecidos, calientes y dolorosos. Se produce tras lesión de la cutícula y traumatismos que abren una puerta de entrada a la infección.
La paroniquia aguda suele producirse, por infección bacteriana o fúngica. Si se presentan episodios recurrentes se debe considerar también la posibilidad de infección por herpes simple. El tratamiento consisten en drenar el absceso, antibióticos, antifúngicos, y/o antivirales sistémicos dependiendo del agente causal.
La paroniquia crónica se produce por una reacción de contacto a irritantes o alérgenos. Suele tener un curso prolongado. El tratamiento consiste en evitar la exposición al agua y a productos químicos, así como la aplicación de corticoides tópicos.
Consiste en un acúmulo de sangre debajo de la lámina ungueal, generalmente asintomático, que se desplaza con el crecimiento de la uña. Afecta sobre todo a las uñas de los pies y suele tener un color entre rojizo y negro.
Se produce tras traumatismos de repetición con el calzado. Debe distinguirse del melanoma.
Consiste en la penetración de la uña en el borde lateral, produciendo inflamación y dolor. Afecta sobre todo al dedo gordo del pie de individuos jóvenes.
Algunos factores que precipitan este trastorno son cortarse las uñas de forma incorrecta o muy cortas, así como los traumatismos. En la onicocriptosis crónica se produce crecimiento de tejido de granulación.
El tratamiento consiste en mantener una longitud adecuada de la uña. Si existe tejido de granulación se realizará tratamiento con corticoides y antibióticos tópicos. En casos graves el tratamiento se realiza con cirugía.
Las uñas aparecen de coloración amarillenta debido al uso prolongado de laca de uñas o medicamentos como las tetraciclinas.
En el síndrome de las uñas amarillas, además del color amarillo de las mismas, se produce ausencia de lúnula y cutícula, por detención del crecimiento ungueal. Suele asociarse a problemas pulmonares, como bronquiectasias, y linfedema.
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