Alejandro Martín-Gorgojo (1), Miguel Lova Navarro (2). (1) Servicio de Dermatología, Hospital Clínico Universitario de Valencia. (2) Servicio de Dermatología, Hospital Regional Universitario Carlos Haya. Málaga.
La fototoxia o reacción fototóxica ocurre como consecuencia de un aumento de la absorción de luz solar causada por haber tomado o contactado con diferentes sustancias (fármacos, cosméticos, otros productos químicos o moléculas producidas por el propio organismo en determinadas enfermedades).
La fototoxicidad se produce por la exposición a sustancias fotosensibilizantes en cantidades concretas (que pueden variar en función de la sustancia y de la predisposición de cada persona) y el contacto con la luz solar, sin que exista una respuesta alérgica del organismo.
Por vía sistémica (esto es, tomadas por vía oral o administradas por otras vías que hacen que queden repartidas por la sangre), algunas sustancias que pueden producir fototoxia son
Puede aparecer a cualquier edad y en cualquier individuo. Si ocurre como consecuencia de una sensibilidad aumentada a la luz solar, es fácil entender que se observarán las mismas lesiones que con la exposición solar, pero exageradas o más intensas y en menos tiempo: podrán verse eritema (enrojecimiento), inflamación, e incluso ampollas en la piel expuesta al sol, seguidos –en algunos casos– de una hiperpigmentación (oscurecimiento de la piel) residual tras ceder las lesiones.
Mediante la exploración clínica por parte de un médico. En algunos casos pueden ser necesarias pruebas complementarias en una unidad de Fotobiología.
En la mayoría de los casos es posible si se dispone de adecuada información. Lo fundamental es evitar la sustancia fotosensibilizante siempre que sea posible, así como proteger adecuadamente las áreas de piel expuestas al sol (cara, escote, piernas).
Primeramente, si es posible, se retirará la sustancia implicada en la reacción, además de proteger las zonas fotoexpuestas. El médico, tras valoración y diagnóstico del cuadro, podrá pautar tratamientos tópicos (por ejemplo, cremas con corticoides tópicos) o sistémicos (por ejemplo, antihistamínicos si existe picor) para aliviar las lesiones y sus síntomas.
La fotoalergia o reacción fotoalérgica se produce por la toma o contacto repetidos con una sustancia que, al ser modificada por acción de la luz (especialmente los rayos ultravioleta A de la luz solar), forma lo que se conoce como un “fotoproducto”, que desencadena una reacción inmunológica de tipo alérgico. A diferencia de la fototoxia, la fotoalergia puede aparecer con la exposición a cantidades mínimas de la sustancia o de luz solar.
Entre otras:
Tras la exposición solar, se pueden observar lesiones que recuerdan a un eczema de contacto (ver entrada de dermatitis de contacto de WikiDerma): vesículas, eritema, descamación, picor en las áreas donde ha habido contacto con la luz solar y, a diferencia de la fototoxia, también más allá (llegando a afectar a toda la piel).
Mediante el examen clínico por parte de un médico es posible sospechar este diagnóstico. Con la sospecha de este diagnóstico, la persona será derivada a un Servicio de Dermatología de referencia en el cual se podrán realizarse pruebas epicutáneas y del fotoparche de cara a confirmar la sustancia responsable. (Véanse entradas correspondientes en WikiDerma.)
Primeramente, si es posible, se retirará la sustancia implicada en la reacción, además de proteger las zonas fotoexpuestas. El médico, tras valoración y diagnóstico del cuadro, podrá pautar tratamientos tópicos (por ejemplo, cremas con corticoides tópicos) o sistémicos (por ejemplo, antihistamínicos si existe picor) para aliviar las lesiones y sus síntomas.
Con este nombre se conoce a aquellas reacciones fototóxicas o fotoalérgicas causadas por el contacto con determinadas plantas y la exposición al sol. Algunas plantas que pueden dar cuadros de fitofotodermatitis incluyen:
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