Cuando en 1943, Mahoney y Col introducen la penicilina en el tratamiento de la sifilis (como posteriormente se efectuó en el tratamiento de la gonococia). Los brillantes resultados obtenidos hicieron pensar que se iba a lograr la desaparición de las llamadas enfermedades venéreas.
En aquel tiempo en Occidente existían además de estas dos enfermedades, el Chancroide, la enfermedad de Nicolas y Favre o 4ª enfermedad venérea, las llamadas uretritis de Waelsch (no gonocócicas, identificadas más tarde como producidas por: protozoos, clamidias, bacterias, etc) y las uretritis post gonocócicas, persistentes después del tratamiento de blenorrágias con penicilina. El hecho de que fueran uretritis con mínima sintomatología y resistentes a la mayor parte de antibióticos de la época, determinaron una gran expansión de las mismas.
La fácil y rápida curación de sífilis y gonorrea (las dos enfermedades más frecuentes y de mayor gravedad) determinaron la pérdida del miedo al contagio venéreo.
Publicado en dermactual de la AEDV.
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