La ecografía es una técnica diagnóstica en expansión debido al desarrollo de nuevas sondas de alta frecuencia que permiten visualizar con mayor resolución la epidermis y la dermis superficial.
Como ventaja destaca que es barata (salvo la inversión inicial del ecógrafo), dinámica, inocua y accesible para realizarla en la consulta de dermatología.
También puede ser útil para monitorizar la evolución de algunas enfermedades o el control de tratamientos.
En un futuro no muy lejano se dispondrá de ecógrafos de pequeño tamaño, lo que aportará aún más versatilidad clínica.
Con esta técnica se puede determinar el tamaño de las lesiones en las tres dimensiones del espacio, analizar su morfología si es sólida, quística o mixta, si el contenido es homogéneo o heterogéneo, si presenta calcificaciones o necrosis.
Otro aspecto muy interesante es la utilización del Doppler para definir la vascularización en tiempo real y que es de gran ayuda en la evaluación de hemangiomas y malformaciones vasculares.
Además permite guiar algunas intervenciones como biposias, drenajes, extirpaciones de cuerpos extraños o punciones/aspiraciones con aguja fina aunque la mayoría de las publicaciones científicas de ecografía cutánea a nivel mundial, están firmadas por una radióloga, la Dra. Worstman, considero que debe ser una técnica realizada principalmente por dermatólogos clínicos por varios motivos_
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